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domingo, 16 de marzo de 2014

El despiadado alcalde Roberto Salcedo

                                                            Roberto Salcedo.

El Alcalde del Distrito Nacional
En un país donde las políticas públicas son producto de una idea que surge en medio de una noche de tragos y de un partido de golf, no podemos extrañarnos de las inoportunas obras urbanas con las cuales nuestra alcaldía ha marcado su gestión.

Se trata de obras y acciones inmediatas, que no responden a las urgencias de la ciudad capital que languidece entre basura, anarquía y bombillitos, un gran arrabal, donde cualquier acera es un taller de mecánica, quedando claro que las autoridades parecen no tener interés alguno en la ciudadanía, además de pretender que todos somos retrasados mentales.

El tratamiento que Roberto Salcedo viene dando a la ciudadanía, que reclama la eliminación de áreas verdes para sembrar cemento en lo que se ha llamado “Parque Iberoamericano”, no es distinto a la conducta que mantuvo cuando se lanzó  el “Zooberto”, gigantescas estatuas de animales en medio del tráfico y la contaminación  .

Indiferente a críticas y sugerencias, Don  Roberto sigue adelante en sus oscuros  propósitos, sin importarle las quejas de los vecinos, urbanistas, arquitectos y usuarios de la ciudad.

Tras haber usurpado un espacio que pertenecía a las escuelas artísticas localizadas en las áreas del parque, en especial del Conservatorio Nacional de Música, rodeado por cuatro arterias de pleno tráfico de donde emana gran cantidad de monóxido de carbono, se ha ido construyendo algo que desnaturaliza el espacioso parque con una decoración  híper recargada, donde el espacio deja de ser un lugar de ocio, verde, abierto, relajante, para convertirse en un barrio de vecindad recién pintado, donde la  gente en medio de un decorado de falsas casuchas de cartón camina de forma apretujada, hace ejercicios, picnic, monta bicicleta, vende productos para adelgazar, etc .

Este, que era un lugar sencillo, donde se limitaba el acceso nocturno ahora cuenta con una policía municipal para “cuidar a los usuarios del parque”, con un enfoque clientelar, cientos de empleados de la Alcaldía del DN se pasean  entre funciones de jardineros, barrenderos, guardianes, entrenadores de zumba, empleados de limpieza, sonidista, etc.

El parque, que posee la mayor cantidad de asientos por metros cuadrados que tiene el país no tuvo la generosidad de alcanzar a colocar tres bancos nuevos frente al Conservatorio Nacional de Música .Como si se tratase de un territorio enemigo, este conserva  los viejos y destartalados asientos de cuando fue  inaugurado frente a una fuente en ruinas que alberga mosquitos, con sus jardines en ruina ante el derroche.

Acto de ensañamiento hacia el Conservatorio Nacional de Música que ha visto con estoicismo cómo les han usurpado el espacio, no quedando parqueos para estacionar los vehículos de estudiantes y profesores. Ni espacio para hacer las prácticas al aire libre.

Ante la impasible mirada del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el Ministerio de Cultura, Roberto ha continuado cortando árboles para sembrar cemento. Frente a  las quejas, dice que,  “ADN cuida los arboles como una madre”.

Este aventurero proyecto, continúa con la construcción de un anfiteatro justo al lado del conservatorio para arrabalizar una obra arquitectónica representativa. Es una prueba más de que las cosas en el ADN se hacen sin planificar. El Parque Iberoamericano no cesa de crecer.  El área no necesita más espacio para actividades culturales,con el Teatro Nacional a dos cuadras y  la cueva Santa Ana, en “proceso de recuperación”, es suficiente.

¿Qué busca Roberto con un anfiteatro en esta  zona tras fracasar el proyecto de piscina? ¿Por qué no hacer un casino? - Sería más rentable.

Estas locuras urbanas delante de los ojos de los caminantes que continuarán llenándose los pulmones de polvo con esta  faraónica obra que no termina nunca, sería comprensible si alguien nos dijera cuál es el costo real de la obra, su mantenimiento y actividades.

Desgraciadamente no podemos echarle toda la culpa a Roberto Salcedo, él es apenas un despiadado alcalde, que se ha ensañado con esta pobre ciudad sin dolientes, con autoridades municipales que desconocen el rendimiento de cuenta ante la pasividad e indiferencia de todos nosotros, los que pagamos impuesto y arbitrios a la alcaldía.

Amanda Castillo
AQUÍ Y AHORA
Acento.com.do
http://www.acento.com.do/index.php/blog/13121/78/El-Alcalde-del-Distrito-Nacional.html

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