El mejor termómetro
La cleptocracia gobernante gasta millones y millones de pesos mensualmente en un equipo de periodistas y comunicadores que están encargados de crear opinión pública, mentir, tergiversar, desacreditar, calumniar y confundir; sobretodo a los más tarados de nosostros.
Tienen como casa matriz a un influyente diario matutino pero están presentes en todos los periódicos, estaciones de radio, en la televisión por cable y en la televisión pública sin paga, en las redes sociales, blogs y vallas publicitarias de todas las provincias del país y especialmente en el Distrito Nacional.
Usando el sentido común es muy fácil detectar cuando alguien incide y tiene importancia. El Partido Revolucionario Mayoritario y la Convergencia se han convertido en el terror de los cleptócratas, su permanencia en la bonanza que disfrutan desde hace una década peligra, hay miedo y lo demuestran los chorros de tinta derramados para denostar esta alianza, ese afán desmedido por querer romper la armonia del binomio Abinader-Mejía, ignorando que toda acción que realicen ya está previamente supuesta y no se les parará bola a los capos.
El PRM y la Convergencia en pocos días se han ido ganando la esperanza de todo un pueblo de que sacarán por fin del poder a la mafia que opera en este país desde hace dos lustros, sus expectativas son de que los sacarán con todo y su JCE, sus altas cortes y con todo el dinero malhabido que poseen y que están dispuestos a gastar con tal de no responder por todas las atrocidades cometidas contra el Erario Público y el pueblo dominicano.
"Van para afuera y eso no lo para ni Dios", así se expresó un alto dirigente del PRM.
Uno mira, escucha y analiza. Las dudas siempre están presentes, de lo que sí podemos estar seguros usted y yo es de que el miedo brota en cada análisis que hacen, en cada expresión burlona se nota que las cosas se están poniendo feas para la pandilla. Léalos, lea a esos malos dominicanos y notará como les tiembla el pulso con la aparición de la Convergencia y el PRM, ese es el mejor termómetro que tenemos.
Luis Del Monte / Desde La República Dominicana
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