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domingo, 29 de marzo de 2015

A él lo pusieron ahí para que hiciera lo que hizo


El veredicto del viernes
Muchos amanecieron hoy cariacontecidos, desorientados y tratando de escrutar una expresión de lo acontecido ayer en la Suprema Corte de Justicia.

Y no pocos se plantearán la contradicción de hasta cuanto es legítimo que usted haga las reglas a su medida y luego se someta a su aparente escrutinio.

Lo de ayer en la Suprema Corte de Justicia tiene su origen en las acciones del gobierno del 2000-2004, cuando el expresidente fue solicitado para ser interrogado y fue víctima de aparentes ultrajes de las autoridades.

Parecería que el entonces expresidente habría dicho: “si vuelvo; nunca jamás” volveré a ser maltratado e irrespetado. Hasta ahí está bien.

Todo el mundo tiene derecho a reclamar el respeto de su persona y de sus atributos, lo cuestionable es que usted vertebre una institución solamente estructurada para su beneficio y seguridad personal y para a los  políticos asociados a usted.

Usted no puede “consensuar” una Constitución que todos sus mecanismos queden bajo su control y que la sociedad quede marginada de la esencia de lo que debe entenderse como “ley absoluta para todos; con caridad para todos y sin malicia para nadie” .

Ahora vemos que ese hermoso y caro ideal no sirvió, se creó un Poder Judicial que quedó secuestrado y que sólo procede actuar y determinar en base a los intereses particulares, políticos y sociales de quién patrocinó ese evento maniqueo. La gente dirá “así no se vale” y entonces comenzará un cosquilleo y una disconformidad que terminará a la larga constituyéndose en un arma contra usted mismo, el patrocinador de ese esperpento.

Ahora se ve que han tenido razón los objetadores de conciencia, los que advirtieron que no se le servía al país constituyendo instituciones que a la corta y a la larga servirán para preservar intereses particulares: legítimos o bastardos.

Queda en el paladar un amargo de berro, especialmente cuando usted hace conciencia de que lo embarcaron por no saber utilizar las mejores regiones de tu cerebro para consensuar y te ves a expensas de alguien que te envolvió y te puso en el correo, pero con una dirección sin destino.

Usted, sencillamente, ha sido envuelto, taimado y burlado. Y eso no es legítimo, no es legal ni procede en una sociedad que aspira lograr las mejores causas éticas y morales en la vida política de estos tiempos. Ahora, cuando “es tarde para ablandar habichuelas”, aún en esta semana en donde las habichuelas con dulce es una tradición tonificante.

Encójase, sufra su frío ahora en primavera y haga consciente de que alguien mas inteligente que usted se salió con la suya y ahora disfruta a “mandíbula batiente”, mofándose de este hato de celebridades del “punk”.

Usted rechiflará, amenazará y chillará, pero el fallo está hecho y Domínguez Brito sólo tiene tiempo para chillar, expresar su enojo y amenazar de que luego “se ahorcarán blancos”, ignorando que el susodicho fue ensalmado hace mucho tiempo por los Mellizos de Palma Sola y que le hicieron un ensalmo que lo preserva  contra  todo.

El dijo en San Juan que el 2016 su jefe político volverá a gobernar y él seguirá en la posición en que está y supongo que agregaría que eventualmente someterá un proyecto para constituir la capital del país en San Juan de la Maguana porque allí se celebró la última batalla de la guerra independentista, la de Santomé. Lo único bueno es que ahora hay una carretera nueva a Neiba, aunque a él se le pasó el chance de construirla. Ya a nadie le hará lo que le hizo Hipólito.

Eso es saber buscársela y se ratifica el viejo dicho de que no se necesita toda la razón del mundo, sino un metro de juez a su favor, pero debe advertise que las grandes frustraciones producen eventualmente las grandes reacciones de los engatusados por las minorías que se saltan con “todo”.

Ahora no  queda más que lamentarse del juez Segarra...a él lo pusieron ahí para que hiciera lo que hizo...el que espera más no es más que un tonto impertinente:...”¡que siga la música!”, pero échele, por si acaso, un vistazo a la semana Santa de Jorge Blanco en el 1994...Y eso solo fue por precios de arróz, bacalao y otras virutas digeribles.

Silvio Herasme Peña
Listín Diario

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como todo juez, tenía que evacuar una sentencia. Pero el evacuo otra cosa que hiede mucho, porque está compuesta de la misma materia que él está hecho. Esa es la misma materia de que está conformada la SCJ.