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jueves, 8 de junio de 2017

Dr. Fernández: Todos sabemos que usted es reo de Danilo Medina


Respuesta al doctor Leonel Fernández
Según artículo publicado a la firma del Dr. Leonel Fernández en el Listín Diario del día 5 de junio 2017 y aunque él no me preguntara, esta respuesta indica que me di por aludido.

“En la República Dominicana, como en el resto de América Latina y el Caribe, la corrupción es tan antigua como nuestra propia historia”.

Dice el Dr. Fernández. Y es verdad, pero lo que omite consignar el Dr. Fernández es la escala inaudita alcanzada por la corrupción dentro de y bajo los auspicios del PLD. Claro que es antigua la corrupción pero nunca fue tan generalizada, nunca alcanzó estas dimensiones y nunca gozó de tanta impunidad como la proporcionada por ese mismo PLD.

Hablando del periodo de la dictadura: “Lo que había era una Compañía Por Acciones, propiedad de Trujillo, que llevaba el nombre de República Dominicana”.

Es muy fácil el argumento pero un recurso barato, indigno de un presunto intelectual proveer una versión tan simplista y acomodaticia de la corrupción bajo el régimen de Trujillo. En primer lugar, durante el reinado de esa dictadura, la corrupción en este país estuvo confinada al propio dictador; más nadie robaba, no porque fueran virtuosos sino porque no se atrevían. Y si vamos a considerar el papel del ahorro interno en la inversión pública definitivamente Trujillo saca las mejores notas porque todo lo que se hizo bajo su dictadura fue con recursos internos, sin endeudamiento y por el contrario tras haber pagado la deuda externa que había heredado la república de gobiernos precedentes como nos tocará ahora lidiar con la mastodóntica deuda acumulada y dejada por el PLD y en menor medida por el PRD. El expediente de Trujillo en materia de libertades públicas y derechos humanos es una cosa, la administración pública de entonces es otra. Confundirlas para confundir, repito, es un recurso, barato e indigno.

Prosigue el Dr. Fernández: “Durante la etapa del presidente Joaquín Balaguer, el saqueo de fondos públicos llegó, en un momento dado, a niveles tan alarmantes, que el propio mandatario llegó a decir, en frase célebre, que la corrupción sólo se detenía en la puerta de su despacho”.

Es verdad que Balaguer afirmó que la corrupción se detenía ante las puertas de su despacho pero el PLD ni con usted ni con Danilo Medina puede hacer el mismo alegato porque la evidencia y la percepción nacional e internacional es la de que, la corrupción emana de ese despacho en lugar de detenerse ante sus puertas. Y le digo más, fue Balaguer el único que en la historia reciente del país persiguió, acusó y encarceló a un ex presidente y a varios de sus ministros y asesores cuando a partir de su victoria electoral del año 1986 produjo las denuncias, sometimientos y juicios que llegaron a ser llamados “las misas de los lunes” y en una de las cuales tuve la honra de participar mostrando la documentación de varias transacciones dolosas que habían perjudicado a la empresa Dominicana de Aviación de cuyo Consejo de Administración fui tesorero entonces. Pero hay algo todavía más trascendente para invalidar la comparación que usted ha pretendido.  Balaguer administraba el gobierno con una mentalidad de pulpero de barrio, odiaba el endeudamiento y financiaba el grueso de la inversión pública en obras con recursos propios y en casos extremos, cuando no se podía de otro modo, con préstamos internacionales. El PLD, en cambio, ha hecho todo lo contrario y ha sido el primer partido, en la historia de este país, que se dio cuenta de que endeudar el país era un recurso para alimentar la corrupción y acelerar el enriquecimiento ilícito de sus dirigentes como demasiado claramente ilustran no solamente el escándalo de ODEBRECHT sino una larga lista de préstamos y emisiones de bonos desde el fraude de la SunLand ventilado judicialmente en el año 2013 que tan de cerca lo involucró a usted mismo como todos los demás. Casi puede decirse que no hay un solo préstamo del PLD que no haya sido sobre valuado o tramitado a base de fraudes y soborno.

En otra parte su lamentable artículo usted escribe: “Corrupción universal. Pero no es sólo en la República Dominicana o en América Latina y el Caribe donde existe corrupción.

También hay corrupción en Rusia, donde luego del desplome de la primera revolución socialista del mundo, apareció una mafia rusa con ramificaciones en distintas partes del mundo.

En China persiste la corrupción, a pesar de que se han ejecutado personas por ese hecho y a otras se les ha condenado a prisión de por vida. Los antiguos países de la órbita socialista de Europa oriental se encuentran entre los más corruptos del viejo continente, como son los casos de Bulgaria, Rumanía, Polonia, la República Checa y Eslovaquia.

Pero algunos de los países de Europa occidental, que tienen siglos de civilización, tampoco escapan al contagio de la peste social de nuestros tiempos. Tal es el caso de Italia, España y Grecia, pero también de Alemania y Francia”.

De nuevo tengo que convenir con usted en la validez de la afirmación pero dejarla sin explicación, como hace usted, solamente sirve para, por carambola, justificar el desorden interno, el peculado, la impunidad reinante y todas las demás formas deshonrosas de corrupción y apropiación del bien publico. En todos los países citados por usted ha habido y hay corrupción pero no impunidad.

Los actos de corrupción han sido investigados, sancionados en algunos casos con fusilamiento en otros con vergüenza propia y cárcel pero no dejados impunes. La verdad histórica advertida por Joseph Stiglitz y otros economistas y pensadores contemporáneos es que, precisamente, la debacle en la Unión Soviética a partir de 1991 dejó al capitalismo y a Estados Unidos como los vencedores aparentes de la Guerra Fría y de la Coexistencia Pacífica y ese proceso condujo a la creencia de que empresarios, corporaciones y gobiernos disponían de un cheque en blanco o una licencia de corso para hacer y deshacer.

A medida que el mundo y su administración pasaron a regirse por los valores del Mercado, los políticos y los partidos se convirtieron en accesorios y auxiliares no reguladores de aquellos y los ciudadanos de todo el mundo empezaron, a gran velocidad, a convertirse en consumidores en sustitución de los ciudadanos que habían sido antes. De manera pues que, otra vez, estamos en presencia de una argumentación manipulada para hacer creer que en el mundo no hay salvación posible, que todos somos corruptos y que es más sencillo aprender a vivir con esa realidad y lucrarse de ella que enfrentarla que es exactamente lo que usted hizo y que me consta porque me lo hizo saber a mí mismo en la única vez que conversamos en su despacho en el año 2005 por solicitud suya, no mía – lo hago constar.

En otra parte de su trabajo consigna: “Ahora bien, dentro de ese marco, ha sido el Partido de la Liberación Dominicana la organización política que, desde el poder, mayores contribuciones ha realizado para crear la estructura legal que haga efectiva la lucha contra la corrupción”.

Un poco más adelante y todavía dentro del mismo tema usted escribió: ”En fin, a pesar de las debilidades institucionales aún existentes y de la justa indignación de importantes sectores de nuestra sociedad con respecto al flagelo de la corrupción, también es válido reconocer el aporte realizado por los gobiernos del PLD a la creación del entramado legal que permita su prevención, persecución y condena”.

Si no fuera por la seriedad del momento y por la gravedad de las circunstancias hubiera dicho que usted estaba relajando, porque Dr. Fernández, si hay algo que el PLD no ha hecho, ni siquiera intentado a pesar de toda la parafernalia legal a la que usted alude, si hay algo en lo cual el PLD ha dado el ejemplo de gestión más miserable y abyecto que pueda imaginarse nadie es precisamente cuando, refiriéndose a la corrupción afirma: “ es válido reconocer el aporte realizado por los gobiernos del PLD a la creación del entramado legal que permita su prevención, persecución y condena.”

Doctor Fernández al país le tiene sin cuidado todo ese entramado legal de que usted habla y así mismo, aunque no las menciona, la infinidad de instituciones, direcciones, entidades, policías, departamentos y administraciones creados por el PLD. Ninguna de las leyes que tienen que ver con justicia, procedimiento y pulcritud en la gestión pública emanadas del PLD sirve para nada porque aquí tenemos leyes para todo hasta para lo que no hace falta; de lo que carecemos es de gente decente, competente y temerosa de la ley que las aplique y lo mismo puedo decirle del reguero de instituciones creadas por el PLD: ninguna sirve para nada, todas son corruptas, todas están llenas de botellas vacías y en todas campea la corrupción desde los jefes hasta los mensajeros y guardianes, es mas, hasta los que cuidan la puerta y el parqueo están corrompidos. En el reinado del PLD la corrupción es la norma y la seriedad la excepción.

El mérito que el PLD podía y debió haber reclamado era el de haber adecentado la administración pública con gente laboriosa y limpia, haber fomentado un nuevo sistema de valores, fundado una ética de respeto, protegido la independencia del poder judicial y haber alentado una legislatura con las mejores personas de cada demarcación en lugar de haber efectuado una labor de buceo como hacen los infelices y desgraciados que en el vertedero de cada lugar se buscan la vida rescatando basura de la basura y parecería que el PLD, como esos buzos, salió a buscar basura y la encontró.

Este párrafo, que he dejado para el final es especial en muchos sentidos y cito: “Mientras tanto, en lo que atañe al expediente del caso Odebrecht, del que se encuentra apoderado un Juez de la Instrucción Especial de la Suprema Corte de Justicia, de lo que se espera es que el órgano judicial actúe, tal como se consagra en los Principios Fundamentales del Código Procesal Penal, con absoluta imparcialidad e independencia; en base al principio de presunción de inocencia: y sujeto al criterio de legalidad de las pruebas”.

Doctor Fernández, después de la Suprema Corte de Justicia conocer y fallar a su favor el caso de la SunLand, el juez que la presidía -el magistrado Jorge Subero Isa- lamentó la decisión porque había sido “política y una vergüenza” y se refirió a ella como un “crespón negro”  que enlutaba la trayectoria de dicha corte porque Subero Isa sabía lo que era hacer justicia pero no se atrevió a hacerla, lo absolvió de culpas y luego le remordió la consciencia y Doctor Fernández si eso fue Subero Isa en 2013, dígame por favor ¿qué podemos esperar de estas cortes y estos jueces y procuradores? Se lo digo yo: lo mismo o peor y sin ni siquiera el beneficio del arrepentimiento a posteriori.

Finalmente Dr. Fernández como usted consigna:  “Ahora, en esta segunda década del siglo XXI, lo que ocurre es que debido a la magnitud, el perfil de los actores y la mayor visibilidad y frecuencia de actos de corrupción, las sociedades se han tornado más sensibles, y exigen, con razón, que se haga justicia”.

Este no es el lugar ni momento para intentar una aclaración sociológica ni tampoco proclamar la efectividad de las redes sociales publicando todo lo que los grandes periódicos ocultan. Hay un reto personal. A pesar de todos los expedientes de los cuales usted tiene que avergonzarse y con toda razón, me permito recordarle que nunca es tarde para un hombre reivindicarse ante la historia y ante si mismo. Todos sabemos que usted es reo de Danilo Medina, todos sabemos que los detenidos del PLD son gente suya o lo fueron, todos sabemos que usted está seriamente comprometido con mucha gente canalla con la cual esquilmó al Estado Dominicano y todos sabemos que su parálisis frente a Danilo deriva de los expedientes suyos que el conoce del mismo modo que usted conoce muchos de los de él. Pues déjeme decirle, sea hombre, atrévase a romper con toda esa mierda y excúseme la vulgaridad, póngase por encima del miedo y de la vergüenza, admita lo que hizo, pídale perdón a su pueblo y pídale una oportunidad para enmendar todo el mal que hizo. Eso, aunque no lo crea usted ahora, es lo único que puede salvarlo porque nosotros somos gente que, ante la arrogancia ajena nos encabronamos pero ante la humildad nos dejamos seducir.  No me haga recordar un personaje de mi pueblo, amigo muy querido y buen combatiente durante la Guerra de Abril. Se llamaba Juan Rafael Benz (Fapi) quien, cuando quería calificar a una persona de “intelectualoide” decía: lo que pasa con fulano es que la cultura de él es de postalita (se refería al texto que suele indicar la temática de un libro y que se sitúa en la solapa o contraportada.

Y así, doctor Fernández, se hará justicia.


Melvin Mañón


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ARTÍCULO DE REFERENCIA

OBSERVATORIO GLOBAL
5 de junio de 2017
Odebrecht y el combate contra la corrupción
EL AUTOR CONFÍA QUE SE ACTUARÁ COMO MANDA EL CÓDIGO PROCESAL PENAL, CON ABSOLUTA IMPARCIALIDAD

En estos días la sociedad dominicana ha sido conmovida por la solicitud de la Procuraduría General de la República de imponer medidas de coerción a varios ex-funcionarios y legisladores, tanto del partido oficial como de la oposición, por presuntamente haber aceptado el pago de sobornos en contraprestación para la adjudicación de obras de infraestructura.

De conformidad con el acto de solicitud de la medida de coerción, en diciembre del 2016, la empresa multinacional constructora Norberto Odebrecht, había suscrito un acuerdo con el Ministerio Público Federal de Brasil, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos y la Procuraduría General de Suiza, en el que reconocía que durante los años 2001 al 2014 había realizado pagos en distintos países, con el fin de facilitar o asegurar la adjudicación de contratos para la construcción de obras de infraestructura.

Casi al mismo tiempo en que las autoridades judiciales dominicanas actuaban frente al denominado caso Odebrect, igual ocurría en Ecuador, en el que cinco ex-funcionarios también fueron acusados por el Ministerio Público de ese país sudamericano de haber incurrido en actividades ilícitas vinculadas a la empresa brasileña.

Pero, con anterioridad, ya se habían desatado, de igual manera, persecuciones en contra de funcionarios y ex-funcionarios en Perú, Panamá, Colombia, México, Argentina y Chile.

Era algo sin precedentes en la historia judicial de América Latina.

Normalmente, los casos tienen lugar dentro del ámbito territorial de un país, dentro de su jurisdicción nacional, o a lo sumo, entre dos países.

Pero ahora, como consecuencia de las reveladas actuaciones de Odebrecht, una empresa multinacional, de origen brasileño, se creaba una situación novedosa que desborda las fronteras nacionales.

Aunque hay razones para molestarnos e indignarnos, por la todavía falta de transparencia y debilidades en los mecanismos institucionales de rendición de cuentas, lo que ha acontecido es algo de una gran complejidad. Es algo sin antecedentes. Es la entrada a una nueva etapa transnacional del delito de cuello blanco, guiada por empresas multinacionales.

Corrupción dominicana
En la República Dominicana, como en el resto de América Latina y el Caribe, la corrupción es tan antigua como nuestra propia historia.

En una aguda observación hecha en su libro, Crisis de la Democracia de América en la República Dominicana, el profesor Juan Bosch escribió: ¨En los países de América Latina, con muy pocas excepciones, gobernantes y gobernados ejercen la corrupción en la forma más natural, y la corrupción no se limita al robo de fondos públicos sino que alcanza a otras manifestaciones de la vida en sociedad.¨ Luego, refiriéndose a su período de gobierno, afirmó: ¨Durante años y años, la corrupción había sido rampante, descarada y organizada desde lo más alto del poder público; no iba a ser fácil, pues acabar con ella.¨ Corrupción hubo durante la dictadura de Trujillo. Es más, se afirma que durante esa época ni siquiera existía la República Dominicana.

Lo que había era una Compañía por Acciones, propiedad de Trujillo, que llevaba el nombre de República Dominicana.

Durante la etapa del presidente Joaquín Balaguer, el saqueo de fondos públicos llegó, en un momento dado, a niveles tan alarmantes, que el propio mandatario llegó a decir, en frase célebre, que la corrupción sólo se detenía en la puerta de su despacho.

Yo mismo, hace más de 20 años, cuando fui escogido, por primera vez, como candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, llegué a consignar que el valor monetario de la corrupción en la República Dominicana era equivalente a cerca de 30 mil millones de pesos.

La corrupción, pues, a lo largo del tiempo, ha sido un elemento intrínseco de la vida pública en la República Dominicana, así como, en mayor o menor medida, en la generalidad de los países de América Latina.

Ahora bien, dentro de ese marco, ha sido el Partido de la Liberación Dominicana la organización política que, desde el poder, mayores contribuciones ha realizado para crear la estructura legal que haga efectiva la lucha contra la corrupción.

Fue en el artículo 46 de la Constitución del 2010, auspiciada por el PLD, que por vez primera se estableció, en forma clara y precisa en un texto constitucional, la condena a toda forma de corrupción en los órganos del Estado; la obligatoriedad de la declaración jurada; la pena de degradación cívica a las personas condenadas por delitos de corrupción; y la ampliación de los plazos de prescripción para su persecución.

Fue en los gobiernos del PLD que se aprobó la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción; la Convención Interamericana contra la Corrupción; la Ley de Función Pública; La Ley de Contraloría; la Ley de la Cámara de Cuentas; la Ley de Presupuesto; la Ley sobre Compras y Contrataciones de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones; la Ley de Libre Acceso a la Información Pública; la Ley Contra el Lavado de Activos; la que instituye el Código de Ética del Servidor Público; la creación de Comisiones de Ética Pública; la creación del Consejo Asesor en Materia de Lucha Anticorrupción de la Presidencia de la República; la reforma y modernización de la justicia; y la elaboración del nuevo Código Penal, así como del nuevo Código de Procedimiento Penal.

En fin, a pesar de las debilidades institucionales aún existentes y de la justa indignación de importantes sectores de nuestra sociedad con respecto al flagelo de la corrupción, también es válido reconocer el aporte realizado por los gobiernos del PLD a la creación del entramado legal que permita su prevención, persecución y condena.

Corrupcion universal Pero no es sólo en la República Dominicana o en América Latina y el Caribe donde existe corrupción.

También hay corrupción en Rusia, donde luego del desplome de la primera revolución socialista del mundo, apareció una mafia rusa con ramificaciones en distintas partes del mundo.

En China persiste la corrupción, a pesar de que se han ejecutado personas por ese hecho y a otras se les ha condenado a prisión de por vida. Los antiguos países de la órbita socialista de Europa oriental se encuentran entre los más corruptos del viejo continente, como son los casos de Bulgaria, Rumanía, Polonia, la República Checa y Eslovaquia.

Pero algunos de los países de Europa occidental, que tienen siglos de civilización, tampoco escapan al contagio de la peste social de nuestros tiempos. Tal es el caso de Italia, España y Grecia, pero también de Alemania y Francia.

En los Estados Unidos, los principales bancos del país son sorprendidos continuamente en la comisión de prácticas dolosas, como ha ocurrido con Wells Fargo; JP Mogarn Chase o Citigroup.

La opinión pública internacional quedó estupefacta cuando se enteró de que las agencias calificadoras de riesgo otorgaban categoría Triple-A a los bonos creados con las hipotecas subprime o de alto riesgo, que llevaron a la ruina el sistema financiero internacional en el 2008; o cuando se destapó el escándalo Libor de manipulación de las tasas de interés en los préstamos interbancarios.

Empresas de gran prestigio internacional como la norteamericana Enron; la italiana Parmalat; y la alemana Siemens, se han visto envueltas en grandes escándalos por falta de transparencia en sus ejecutorias.

Hasta la Federación Internacional de Futbol, la famosa FIFA, no pudo patear el balón con transparencia y fue descubierta en una práctica continua, de años, de fraude, sobornos y lavado de activos.

Como podrá observarse, la corrupción está extendida por todo el planeta, y es tan vieja en su práctica que resulta incluso anterior a la época de cuando la Iglesia vendía el perdón de los pecados, es decir, las llamadas bulas de indulgencia, lo que provocó a tal grado la ira de Martin Lutero que terminó dando origen a la Reforma Protestante.

Ahora, en esta segunda década del siglo XXI, lo que ocurre es que debido a la magnitud, el perfil de los actores y la mayor visibilidad y frecuencia de actos de corrupción, las sociedades se han tornado más sensibles, y exigen, con razón, que se haga justicia.

Pero, además, se han desatado, en el ámbito internacional, nuevas dinámicas económicas, sociales y políticas como consecuencia de los persistentes niveles de desigualdad social; la expansión de una clase media urbana políticamente activa; las nuevas técnicas de comunicación y de movilización social; y el empoderamiento ciudadano y de organizaciones de la sociedad civil fruto de la nueva institucionalidad proclive a la transparencia.

Mientras tanto, en lo que atañe al expediente del caso Odebrecht, del que se encuentra apoderado un Juez de la Instrucción Especial de la Suprema Corte de Justicia, de lo que se espera es que el órgano judicial actúe, tal como se consagra en los Principios Fundamentales del Código Procesal Penal, con absoluta imparcialidad e independencia; en base al principio de presunción de inocencia: y sujeto al criterio de legalidad de las pruebas.

Y así, se hará justicia.


Leonel Fernández
Expresidente de la RD
Listín Diario

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