Páginas

domingo, 20 de diciembre de 2009

De nuevo la pregunta: ¿Dónde están los restos de Cristóbal Colón?



Recientemente estuvo en la República Dominicana el historiador español Manuel Hernández Sánchez Barba. Vino a impartir un curso de dos semanas  sobre la historia de su país. Sánchez Barba es miembro de número de la Real Academia Española de la Historia.
Respondiendo a una pregunta que le hizo el periodista Alfonso Quiñones, de “Diario Libre”, sobre los restos del Gran Almirante Cristóbal Colón, el académico español no hizo más que reafirmar lo que sus colegas españoles ha sostenido siempre: que los restos mortales del Descubridor de América reposan en la Catedral de Sevilla.
El Gran Almirante Cristóbal Colón consiguió emprender y coronar con éxito uno de los proyectos más ambiciosos de la historia de la humanidad: el descubrimiento del Nuevo Mundo a través de los mares océanos. El insigne marino genovés era desconfiado, embustero y genial. Su vida estuvo siempre rodeada de sombras.
¿Dónde reposan los restos mortales de Cristóbal Colón? ¿En la Catedral de Sevilla o en el Monumento Faro a Colón edificado a su memoria en la ciudad de Santo Domingo?
Como es de universal conocimiento, Cristóbal Colón murió en Valladolid el 20 de mayo de 1506, día de la Ascensión del Señor. Su cadáver fue llevado a la iglesia de Santa María la Antigua, donde tuvieron lugar las exequias. Fue sepultado después en la Capilla de don Luis de la Cerda, en el Claustro del Monasterio de San Francisco, en esa ciudad. Allí permanecen sus restos hasta abril de 1509, fecha en que fueron trasladados al monasterio cartujo de Santa María de las Cuevas, en Sevilla. Gracias al denodado empeño de María de Toledo, esposa de Diego Colón, el Emperador Carlos I de España y V de Alemania, firmó en Valladolid, el 2 de junio de 1537, una real cédula por la que le otorgaba a la familia del descubridor y a sus difuntos en la Capilla Mayor de la Catedral de Santo Domingo, exención que estaba reservada a las personas de sangre real.
María de Toledo trasladó, en una fecha no determinada con exactitud entre 1540 y 1544, los restos de su esposo Diego Colón y de su suegro Cristóbal Colón de Sanlúcar de Barrameda, Sevilla, a Santo Domingo y los depositó en el presbiterio del Altar Mayor de la Catedral de Santo Domingo, cumpliéndose así la voluntad del Gran Almirante de que “se llevasen sus huesos a la isla española”. Fallecido don Luis Colón Toledo y María de Toledo, sus cuerpos fueron sepultados en la Capilla Mayor de la Catedral de Santo Domingo, el primero al lado de la Epístola y la segunda en el piso inferior de la capilla. De todos esos edictos reales, enterramientos y traslados existen incontrovertibles documentos que los certifican.
De manera que no cabe la menor duda de que en el Altar Mayor de la Catedral de Santo Domingo se encontraban los huesos del Gran Almirante Cristóbal Colón, del Segundo Almirante Diego Colón, de don Luís Colón Toledo, nieto del Almirante Cristóbal Colón, y de doña María de Toledo, esposa de Diego Colón y nuera del Gran Almirante de la Mar Océana y descubridor de América.
A raíz de la firma del Tratado de Basilea, en virtud del cual España cede a Francia la totalidad de la isla La Española, los presuntos huesos de Cristóbal Colón fueron exhumados de la Catedral Primada de Santo Domingo y trasladados a la Catedral de La Habana, en el buque insignia de la Armada española comandada por el teniente general Gabriel Aristizábal y Espinosa. A finales de 1898, al verse obligado el Gobierno español a hacerle entrega al de los Estados Unidos de la soberanía de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam, a finales esos mismos restos volvieron a ser trasladados de Cuba a España, en el buque de la Armada española “Conde de Vanadito” y depositados, el 19 de enero de 1899, en la Catedral de Sevilla, donde actualmente se encuentran.
El 10 de septiembre de 1877 apareció en el presbiterio del Altar Mayor de la Catedral de Santo Domingo una urna de plomo con inscripciones que señalaban que en su interior se encontraban los restos de Cristóbal Colón. La noticia de ese hallazgo se propagó por todo el mundo. Mientras los historiadores dominicanos alegaban que los restos que los españoles trasladaron de Santo Domingo a La Habana creyéndose que eran los de Cristóbal Colón, correspondían a los de su hijo Diego Colón, los de la Real Academia Española de la Historia descreían de la verosimilitud de ese hallazgo, calificándolo de “pura superchería”.
Un equipo de investigación, dirigido por el doctor José Antonio Lorente, médico forense y director del Laboratorio de Indentificación Genética de la Universidad de Granada, ha estado tratando de establecer de manera clara y definitiva el lugar de nacimiento de Cristóbal Colón y el sitio donde se encuentran depositados sus huesos. La idea del grupo es concentrarse en contrastar el ADN mitocondrial (el procedente de la madre) de los restos de Diego Colón, hermano del Descubridor, custodiados en la Cartuja de Sevilla, con los que se cree que corresponden a Cristóbal Colón que están en la Catedral de Sevilla. Si ese colectivo de investigación de la Universidad de Granada consigue cotejarlos en un 100%, quedaría probado que los esqueletos corresponden a dos hermanos maternos, lo que demostraría que los restos de Cristóbal Colón están en la Catedral de Sevilla y no es el Monumento a Colón de Santo Domingo.
Las noticias que nos han llegado dan cuenta de que, después de más de dos años de estudios genéticos y antropológicos, los investigadores de la Universidad de Granada lograron comprobar, en base a resultados de prueba de ADN, que los restos que se encuentran en Sevilla son los de Cristóbal Colón. Y que dichas osamentas no llegan a constituir el 15% de la totalidad del esqueleto del Descubridor de América. Sánchez Barba afirma que apenas son 150 gramos de huesos lo que queda de esa venerable reliquia.
Podría resultar, esperamos que así sea, que los restos que están aquí depositados en el Monumento Faro a Colón también correspondan al Descubridor de América. Si resultara ser así, se confirmaría la hipótesis del historiador dominicano Carlos Dobal de que una parte de los restos de Colón están aquí y otra en España, en la Catedral de Sevilla.
Es que frente a resultados basados en pruebas de ácido desoxidoribonucleico (ADN) no valen los argumentos ni las interpretaciones de contenidos de documentos. El gobierno dominicano debe permitir un estudio de ADN a los alegados restos de Cristóbal Colón que se encuentran aquí en el Monumento Faro. Para ello, debe nombrarse una comisión integrada por entendidos en la materia. Y de ser necesario, el Gobierno dominicano debe de recabar la ayuda y asesoría de organismos internacionales.
¿Qué podría resultar de todo esto? Una de dos cosas: Que se pruebe que los huesos de Colón están repartidos en dos tumbas, una en la Catedral de Sevilla y otra en el Monumento Faro a Colón en la ciudad de Santo Domingo. También, podría suceder que los alegados restos de Cristóbal Colón que están aquí correspondan a su hijo Diego Colón o a su nieto.
El mundo no se va acabar si se comprueba que los restos del Descubridor no están aquí. La verdad siempre es revolucionaria.

Jesús de la Rosa
• El autor es catedrático titular de la UASD y Capitán de Corbeta (r)
Hoy Digital

No hay comentarios:

Publicar un comentario