Un hombre convirtió su casa en un museo tras recolectar durante más de 50 años piezas artesanales
Jaime Barranco tiene cerca de un millón de objetos exhibidos en su hogar, al que denomina Macumba
Allí, en esa casa, que para muchos transeúntes es la guarida de un chamán, se esconde lo desconocido, como ha querido llamar a los miles de objetos recogidos durante 50 años en ciudades, pueblos, caseríos, laderas, montañas y selvas. Travesías que hoy, a sus 75 años, ya no hace.
Desde hace cuatro años, Jaime prefiere sentarse en una butaca amazónica, en frente de su casa, a compartir con la comunidad su propuesta. Algunos van y vienen, otros se detienen, se sientan en el piso o en sillas y observan la entrada del lugar, en la carrera 19 con calle 42. Arriba de la puerta un sol gigante llama la atención de Jenny, una joven de 25 años, que decide curiosear. En el pasillo se topa con un muestrario de tejidos en chaquira y semillas, que para Barranco es el comienzo del umbral sensual.
"En el primer piso tenemos máscaras de todas partes del mundo, con todas las formas de expresión", dice el 'negro', como lo llamaba su madre, mientras la joven se sorprende de ver las 280 piezas arqueológicas arrumadas en un pequeño cuarto y que según Barranco, oriundo de Ciénaga (Magdalena), están
legalmente registradas.
Jaime guía a la joven hasta el segundo piso. En la cocina, rodeada de toda clase de herramientas manuales para preparar alimentos, está María Luisa Castro, su esposa. Tiene 58 años y es pensionada. La conoció hace cuatro décadas y desde entonces es la persona que siempre lo ha apoyado. Según Luisa lo que la enamoró fue "su gozadera, el arte, su trabajo y su forma de ver la vida".
Junto a la cocina está la sala, el lugar donde reciben la visita de los amigos. Es un ambiente asiático. Hay un sofá y dos sillas antiguas rodeadas de decenas de porcelanas y de una colección de licoreras, incluyendo una botella que según Barranco "fue con la que se libó el licor para coronar a la reina Isabel Segunda de Inglaterra".
"Contamos con nuestra alcoba, la vivienda de pareja, rodeada de esculturas, de abanicos, de esa bisutería que utiliza la mujer para seducir al mundo y en especial a su marido", confiesa Barranco, quien llegó a Bogotá hace 40 años y que ahora da talleres gratuitos de tejido, danza y canto.
Del tercer piso se escapan los olores más nauseabundos y los más exquisitos. Se trata de una colección de perfumeros que, según el 'negro' "es donde se plasma toda la historia y proceso orgánico de su elaboración química".
Pese a que la casa Macumba tiene tres pisos, el espacio es reducido para la cantidad de objetos recolectados. Se necesitaría de un par de cuadras construidas arquitectónicamente y con el diseño específico para exhibir los objetos que ocupan el último rincón de paredes, puertas, pisos y techos.
"Loco pero gozón", así describe Jaime Barranco su forma de ser. Nació en Ciénaga (Magdalena). Hijo de Eloina Sales, a la que recuerda todos los días porque según él fue la creadora de los carnavales en el país y de la que heredó el gusto por el arte. Lo llamaban el 'negro' y era el más loco de sus siete hermanos.
Decidió convertirse en andariego, recorrer el continente y aprender de las culturas que viven en él. Llegó a Bogotá en la década de los 70, fecha en la que conoció a 'murrundunga' como llama a su esposa y con la que tuvo 2 hijos. Además se ufana de ser el creador de Estampas del Cañahuate, el primer grupo de danza folclórica que se presentó en el Teatro Colón.
ANDRÉS MOLANO TÉLLEZ
ESPECIAL PARA EL TIEMPO
k bakano
ResponderEliminar