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miércoles, 23 de junio de 2010

Por un salvavidas




El 16 de mayo pasado, en pleno proceso electoral, una joven fue arrastrada por el oleaje en las inmediaciones de la avenida George Washington. La multitud no se hizo esperar y  se conglomeró en la avenida para ver el desenlace de lo que se veía como un accidente de fácil solución. Todo el mundo esperaba ver el rescate.

Dos hombres se lanzaron al mar. Uno tuvo que regresar ante la imposibilidad de avanzar. El otro alcanzó su objetivo, pero el forcejeo de la joven desesperada le impidió llevarla a la orilla. Ambos salvadores tuvieron que regresar sin éxito, en medio de los llamados desgarrantes de la joven.

Minutos después, en medio de un suspiro de todos los presentes, llegaron los Bomberos. La joven todavía hacía un esfuerzo sobrehumano y se aferraba a su vida de una forma impresionante. Pero el regocijo colectivo de ver llegar a los uniformados rojos se transformó en una frustración generalizada cuando los presentes constaron su equipamiento. No había salvavidas. Sólo tenían una soga.

Los bomberos intentaron hacer su trabajo. Yo pude ver personalmente su esfuerzo. Sin embargo, entre los reclamos de los muchos, la joven dio un último grito y las olas la cubrieron. Todas las caras reflejaban la misma expresión de horror, impotencia e incredulidad. Allí, ante los ojos de todos, la persistente joven de veintitantos años pereció por falta de un salvavidas. La soga finalmente pudo jugar un rol: el de arrastrar su cuerpo sin vida hasta la orilla. Nada puede resultar más absurdo. El Cuerpo de Bomberos de una ciudad con varios kilómetros de costas no tiene un salvavidas para el rescate de aquellos que son arrastrados por sus olas. Sin buscar culpables entre los que desempeñan tan noble y malpagado oficio, resulta inevitable ver la negligencia y descuido de tal carencia. Ese día, los bomberos no contaban con las herramientas para salvar una vida. Sólo estaban equipados para la muerte. El presupuesto sólo da para eso.

Un mes después, en medio de las lluvias torrenciales, me pregunto si ya los bomberos del Distrito Nacional cuentan con un salvavidas. Lamentablemente, creo saber la respuesta.
Laura Castellanos
Listín Diario
http://www2.listindiario.com/puntos-de-vista/2010/6/22/147466/Por-un-salvavidas

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