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sábado, 12 de junio de 2010

Vergüenza de ser dominicano


Como lo vi lo cuento
Los días 17 y 18 de mayo la noticia de que el Lic. Pelegrín Castillo había perdido su curul estaba confirmada.
Quien escribe escuchó al hermanito menor de los Castillo Semán, Vinicito, el miercoles 19 en la mañana durante un programa matutino y a requerimiento de uno de los comunicadores que laboran allí, más o menos lo siguiente, a la capciosa pregunta de que si era cierto que Pelegrín Castillo había perdido y Alejandro Montás logró reelegirse:

" Mi hermano fue el diputado más votado en las elecciones anteriores, hay peledeístas que quieren hacerle trampas, mi hermano ganó, yo les aseguro que él nunca aceptaría que le regalaran una diputación".

Juro por la salud del hijo que me acaba de nacer que tenía el mismo tono de voz, las mismas inflexiones que usaba en estrado cuando afirmaba que Ramoncito Báez Figueroa era inocente de todo lo que se le acusaba, y que Hipólito Mejía y José E. Lois Malkún habían hecho una conspiración para cerrar Baninter.

Aunque en ningún momento he dudado de la magia de la JCE, ni de cómo actúan los dueños de este país, no puedo dejar de manifestar que siento hoy vergüenza de ser dominicano al leer el artículo del prestigioso comunicador Juan José Ayuso. Lo escribió hoy sábado 12 de junio de 2010, en el vespertino El Nacional,  es una columna que debería ser leída por todo el país y fuera de él, para que quede constancia de cómo es que se eligen las autoridades que nos gobiernan en nuestra nación .

Estamos seguro que al igual que nosotros esto no es contra Pelegrín Castillo, quién dentro del mundo cloacal de la política nacional podría decirse que es alguien que sabe torear las inconductas, es contra el Sistema.
Un sistema podrido de arriba abajo, que hiede, hiere y avergüenza.

Si tan sólo tuviera la menor duda de la honestidad, integridad y bondad de quien escribió este documento jamás lo reproduciría.


Peligrín” “resolvió”

12 Junio 2010, 11:49 AM
Al día
Escrito por: Juan José Ayuso (buenapila@yahoo.es)

Temprano en la mañana del 17 de mayo se vio a Pelegrín Castillo llegar a la Junta Central Electoral.  Con las armas habituales de su “klan”, llegó a “resolver”.

 Entre manos el resultado de las urnas de su demarcación –recuérdese que los partidos y entelequias reciben de manera directa los “scanners” de las mesas-, al hijo mayor de Marino Vinicio Castillo “los números no le daban”.

 Había reducido de manera notable la cantidad de votos obtenida en 2006, cuando fue quizás “el más votado”, y perdía la posición de diputado.

 Si Pelegrín hubiese estado en disposición de utilizar los recursos que la decencia de la ley pone en sus manos para reclamar irregularidades, habría esperado un poco más. 

O habría recurrido –favorito de su “klan”- a un escándalo en los medios de comunicación que, afines o “desafines”, siempre les hacen caso a su papá, a él y a sus otros hermanitos.

 Los rumores corrieron –recuérdese que otros partidos y entelequias manejan los resultados de la suma de las actas- y se dio casi por sentado que “Pelegrín perdió”.

 Días después, en los boletines de la Junta Central Electoral aparecieron nuevos votos para el “nacionalista” mientras se reducía la cantidad que debía sumarse a la candidatura de Alejandro Montás.

Montás apenas pudo tomar aliento para decir “esta boca es mía” cuando la decisión del comité político del Partido de la Liberación le cortó la palabra. A él y a los demás candidatos que se quejaban de reducción de votos y de otras irregularidades.

 Frente a una situación que la oposición del Partido Revolucionario Dominicano utilizaría para tratar de hacer un escándalo –como en efecto-, el caudillo del PLD y esa comisión entendieron que los candidatos peledeístas, ganadores y perdedores, no podían sumar las suyas a esas voces disidentes y “desestabilizadoras”.

 Y Montás fue enviado a su casa a conformarse con los puestos que todos sus hermanos, primos “y demás familiares” disfrutan en las nóminas principales del gobierno del Estado.

 Y Pelegrín –a quien no sin razón algunos de sus adversarios llaman “Peligrín”-, “resolvió” su problema y empezó a confirmarse en los boletines de la JCE como “diputado reelecto”.

 Y en primer lugar, antes que Minou Tavárez y Miriam Cabral, candidatas que según esos boletines habían obtenido muchos más votos que él, lo mismo que Montás.

 Las diligencias de Castillo en la JCE fueron tan efectivas que hasta ese caso se dio. En vez de colocársele en el tercer puesto de su demarcación, como es hijo de quien es y él mismo es quien es, aparece en primer lugar.

El Nacional
http://elnacional.com.do/opiniones/2010/6/12/51157/Al-dia
Juan Santos / Desde La República Dominicana

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