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viernes, 21 de enero de 2011

Chiste de mal gusto



Impuesto para favorecer choferes del transporte público
Se recibe como un chiste de mal gusto el anuncio del ministro de Hacienda de que el Gobierno gravaría con un peso la comercialización de todos los combustibles fósiles para  construir viviendas a los choferes y renovarles  sus flotillas de vehículos, promesas hechas por el Gobierno para evitar que los dueños del país aumenten el precio de los pasajes.
El licenciado Vicente Bengoa dijo que  el proyecto de ley  que instituye esa grosería tributaria ya  fue redactado y depositado en la Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo, con lo que el Gobierno pretende cargar sobre el lomo de la población el costo de un irritante privilegio que se otorgaría como muchos otros en base al chantaje.
Sin que se trate de ningún programa previamente planificado sobre modernización del transporte  público de pasajeros, el Gobierno se ha comprometido a financiar carros y guaguas nuevas, viviendas y mil cosas más a clanes que controlan ese negocio, que habían amenazado voltear el país patas  arribas.
¿Cómo se le ocurre al ministro de Hacienda intentar  aplicar otro gravamen al galón de combustibles en momentos que el precio del petróleo internacional  mantiene una consolidada tendencia  al  alza?
La intención de aplicarles otro peso de impuesto a los combustibles fósiles constituye una burla, un abuso y un despropósito mayor con el cual el Gobierno se  colocaría en su anatomía política una plancha  ardiente  con el propósito de aliviar algunas picadas de mosquitos.
Como para que la ciudadanía no  sienta  el efecto del enema de acero líquido que se pretende colocar,  el licenciado Bengoa adelanta la buena nueva de que el sector eléctrico no sería afectado con el nuevo tributo, dizque para no encarecer el precio de la electricidad que  fue  incrementado en un once por ciento a finales de 2010.
Excluir a la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) del pago de ese tributo absurdo e inconstitucional constituye un privilegio adicional que en nada beneficia a los consumidores, pues  la tarifa eléctrica está definida por  factores externos mayores, relacionados con los atrasos en los pagos a los generadores.
Ojalá que el Gobierno entienda que la población no se ríe del chiste de mal gusto que significa el anuncio del secretario de Hacienda de aplicar otro gravamen a la comercialización de los derivados del petróleo para  regalar  centenares de millones de pesos a  clanes y mafias que dominan el transporte  de pasajeros. Lo mucho hasta Dios lo ve.

Editorial El Nacional
Caricatura: Cristian Hernández

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