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domingo, 13 de febrero de 2011

Boda de burros en RD


Ramón y Niña se casaron en presencia de la Primera Dama
En un evento en el que no faltó la tradicional marcha nupcial y con la primera dama de la República, Margarita Cedeño de Fernández y su hija Yolanda América como testigos, la dirección del Parque Zoológico Nacional celebró una boda entre dos burros con la cual busca llaman la atención del peligro que corren estos animales.
De acuerdo al último censo realizado por la Dirección de Ganadería entre los años 2002 -2004, solo quedaban 536 burros en todo el país.

Patricia Toribio, directora del Zoológico, dijo que el acto busca además que los dominicanos reflexionen del peligro de extinción que enfrenta esta especie, así como destacar el amor y cuidado que las personas deben brindar a todos los animales.

Los “novios” mientras escuchaban con peculiar atención a la magistrada Flores, quien le declamaba, como si ellos realmente pudieran entender, el sagrado compromiso del matrimonio. La Primera Dama se mantuvo atenta, como testigo percibió los detalles. Al final, los ya esposos se escurrieron. ¿Se habrán escapado a su luna de miel? Hoy/José Andrés de los Santos.

El acto, explicó Toribio, se llevó a cabo con motivo de celebrase este lunes el Día de San Valentín, o Día del amor y la amistad. 
Para acceder al artículo completo entre a El Caribe. 
Rosa Lugo / El Caribe


MATRIMONIO FELIZ
En República Dominicana, donde  al saber le dicen dicha y al peso tolete, tan  sublime  fecha tuvo ayer un  singular festejo con  la celebración del matrimonio  entre  una pareja de burros, inquilinos del Parque Zoológico Nacional.
Esas “nupcias”  tienen  singular importancia, porque además de celebrarse  en víspera de tan  especial ocasión, llama la atención sobre  el peligro de extinción  que corre esta especie animal que hoy se  agrega  al simbolismo del amor y de la procreación. Conforme al último censo oficial en territorio dominicano apenas  quedan 536 burros o burras, por lo que  se considera atinado que  mediante el matrimonio de tan noble pareja se aliente  la reflexión  en torno a la necesidad de multiplicar esa especie.
Aunque la unión de un burro con una yegua produce  el mulo, definido como un animal fuerte para el trabajo, esa especie  es infértil, por lo que se requieren de muchos matrimonios entre burros y burras para  evitar la extinción de una  especie que ha desaparecido en muchos lugares de Africa y América y que representa un sólido perfil o referente de la cultura y el folclor nacional.
 No hay que extrañarse si  con el paso de los años, la  digna figura del burro sustituya en las tarjetas por San Valentín a  frágiles avecillas, aunque imposible será que  pueda entonar los cánticos del ruiseñor.
En  tan  sublime Día de la Amistad y del Amor, se formulan votos por la consolidación de la convivencia personal y social y por  un feliz, largo y reproductivo matrimonio del burro y la burra.
EDITORIAL EL NACIONAL 
14 - 2 -11

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