Por favor señor Presidente: retome las riendas de República Dominicana hasta el 2012 con energía, o seremos tierra arruinada, hundiéndonos definitivamente en el mal.
¡Están devastando nuestras tierras fértiles! La ingerencia haitiana creciente en complicidad con malos dominicanos, están robándole a sus propios hijos el futuro de la Patria, actúan frente al Cesfront, bajo la mirada irresponsable de soldados dominicanos asignados a la frontera de lujo. Señores permisivos ¿qué están haciéndole al país? ¿Es qué no tienen hijos, no les duele la patria? Ustedes permiten a través del silencio y sus brazos caídos la muerte: devastan 33,000 tareas nuestras, bajo miradas corruptas, por millones de pesos, cruzan sacos de carbón en yolas o en lo deseado. Nos asemejamos a la sucursal de Haití.
Hay que evitar que los extranjeros hagan y deshagan en nuestra tierra soberana sin detenerlos. Los dominicanos soportamos agresiones pacíficas pero significativas, como si fuéramos entreguistas.
Señor Presidente, esto es muy grave; cuando se es dominicano de corazón, uno se desgarra por dentro. ¡Detenga por favor ese latrocinio fronterizo o nos convertiremos en un desierto insalvable!
Se desborda la criminalidad y la corrupción se generaliza, no existe seguridad para nadie, las calles se limpian de peatones, el despiadado caos vehicular maquiavélico es infernal, las salidas nocturnas disminuyen. La electricidad sube; el alza de los carburantes y su asignado impuesto irracional disparan la canasta familiar y el costo de la vida, conscientes de que el incremento salarial global nos montaría en el yet de la inflación impagable. Podríamos perder el turismo, muchos turistas mueren en manos dominicanas. El demonio reside en los vándalos sin importarle la imagen nacional, sólo la droga. Gustan de la corrupción, la mentira, seguir enriqueciéndose, matando y destrozando a la nación.
Los aviones comerciales no usarán combustible en República Dominicana por el alza excesiva del avtur, volarán a países de combustible accesible. El turismo se aleja lentamente; los extranjeros que se casaban aquí lo harán en Las Vegas, se alteraron los costos en dólares considerablemente. Estamos matando a la gallina de los huevos de oro, no se vela por lo establecido y todo termina destruido.
El Estado tiene que usar mano dura con guante de seda o seguiremos a la deriva, cada quien por su cuenta, decepcionados y mal viviendo, en lugar de adoptar la confianza y una esperanza que germine en el florecimiento estable de nuestra nación.
Señor Presidente, perdone, por favor escuche esta súplica que es la de todo el pueblo dominicano.
Leonor Porcella de Brea
http://listin.com.do/puntos-de-vista/2011/4/19/185390/Latrocinio-fronterizo
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