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miércoles, 6 de abril de 2011

Cleptocracia dominicana "se la busca" hasta con la electricidad del país



Inverosímil

República Dominicana debe ser una de las naciones donde con más frecuencia ocurren  cosas inverosímiles, como la noticia de que el sistema  eléctrico nacional ha quedado desestabilizado porque las autoridades autorizaron a una empresa generadora de electricidad suplir directamente a una minera, porque la energía que succiona del sistema le resulta más barata.

Falconbridge Dominicana posee tres generadores de 66 megavatios cada uno y para encender sus hornos requiere de sólo 100 megavatios, pero en vez de operar esos equipos térmicos que   funcionan con combustible “bunkers”, los ejecutivos de  esa minera prefirieron optar por convertirse en cliente no regulado y adquirir directamente de los generadores energía con un 30 a 40 por ciento más barata.

El consumo de Falconbridge representa menos del 10 por ciento de la oferta cotidiana de energía eléctrica (mil 800 megavatios), pero su traslado desde el lugar donde operan las plantas generadoras hasta las instalaciones mineras, genera  desestabilización en el sistema, como lo ha denunciado el vicepresidente de la Corporación  de Empresas Eléctricas estatales (CDEEE), Celso Marranzini.

No se entiende bajo cuáles  criterios técnicos, la Superintendencia de Electricidad otorgó permiso a esa minera para  conectarse con el sistema global de distribución de electricidad si se sabía de antemano que esa conexión acarrearía graves dificultades. Tampoco se sabe por qué  Marranzini no invocó su poder de veto a esa extraña resolución. Aunque Falconbridge ha dicho que proyecta convertir a gas natural una de sus tres plantas térmicas,  ese proyecto parece lejano porque  la empresa adquiere ahora energía relativamente barata suplida por la generadora Aes Dominicana.

Lo cierto es que  el sector minero pretende extraer de la  deficitaria oferta nacional de energía eléctrica, su enorme consumo de electricidad, pues la multinacional Barrick Gold, que opera la mina de oro de Pueblo Viejo, adquirió las plantas de Monte Río, Azua y las flotantes Seaboard, de San Pedro de Macorís, que antes  suplían la demanda nacional, para  cubrir sus necesidades operativas.

El sistema eléctrico nacional ha quedado  diezmado con  la disminución de 300 megavatios que suplían las plantas adquiridas por Barrick Gold y por los 100 megavatios que a precio por debajo del prevaleciente en el mercado le suministra  Aes Dominicana a Falconbridge, por lo que esas mineras  obtienen ventajas competitivas, mientras la ciudadanía y  el sector productivo nacional sufren más apagones.

 Es imperativo que las nuevas autoridades de la Superintendencia de Electricidad revisen las resoluciones que en relación a este extraño caso ha emitido esa entidad, porque  a todas luces  son  contrarias a la racionalidad y  lesionan de manera grosera al mejor interés nacional.


Editorial El Nacional
Caricatura: Cristian Hernández
http://elnacional.com.do/editorial/2011/4/6/79809/Inverosimil

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