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sábado, 2 de abril de 2011

Girando en el mismo carrusel


“Es como darle a un pájaro una jaula más grande, solo para que despliegue las alas, pero no para que vuele”

Callados y sumisos, atrapados, supuestamente, por los mismos vicios Porque… “Los amigos van y vienen, pero los enemigos se acumulan”

Magníficas ponencias, exuberantes y ricas  piezas oratorias que embrujan y adormecen el buen entendimiento. Discursos presentados en los mejores escenarios, los cuales no pueden ser superiores y tener aún mejor auditorium pero, después, nada, solo eso, pura retórica, muy profesional, académica, pero, solo eso.

Mientras tanto, sólo en los momentos que escucho, quedo convencido que nuestra muy codiciada y boyante economía, se encuentra en un acelerado e increíble crecimiento y desarrollo, al igual que la seguridad ciudadana,  y que disfrutamos de un bienestar que solo se puede semejar a la misma gloria celestial.

¡Buf! Ya el embrujo, el encanto de la elocuencia en el discurso, para prometer, justificar o empañar la realidad, no es la solución sino, que desde hace tiempo, sin lugar a la menor duda, se impone, sin más falsías y mea culpas, la imperiosa implementación de la elocuencia de la acción, como única y real solución a la gran mayoría de nuestros nuevos, viejos y futuros problemas como nación.

Pero estamos girando en el mismo carrusel. Mientras nos roban, matan sin compasión por un simple celular, violan sin misericordia a jóvenes y viejas indefensas y otra serie interminable de angustias, carencias e indelicadezas, lo que recibimos, reitero, es una indecencia como respuesta, mientras se regocijan por presentarnos un guión especial para imberbes, que ni a la televisión puede ser llevado, es decir, una respuesta descaradamente indolente e indecente, que ofende a la más elemental de las inteligencias.

Con gran dolor nos han querido convencer, que la inagotable fuente de maldad que los rodea, unida a la desnuda degradación moral que los acompaña y que ya hoy no se necesitan espejuelos, grandes argumentos o conceptualizaciones, y mucho menos enjundiosos análisis para verla y entenderla, nos han inducido a pensar, que queriéndolo o no, todos estamos atrapados por los mismos vicios y flaquezas.

Mentiras todas, al igual que nuestro gran bienestar que solo está en la imaginación de quienes así pretenden que lo creamos. Porque no es lo mismo jugar todo por nada, que es el caso de muchos perversos, a los cuales se les importan las penurias ajenas y no se arriesgan siquiera a visitar un barrio que solo le puede dejar pérdidas en todos los sentidos, que aquel que se lanza a jugar la nada por el todo, que es el caso de la gran mayoría, esto es, “armar el sal pa´fuera”.

Cuantas palabras en el aire, cuantas palabras que al igual que el vacío, no nos dejan nada en nuestras manos. Cuantas e interminables interrogantes y necesidades insatisfechas que arden en las mentes de los pendejos, y que al ser expuestas, solo reciben como respuestas una brillante e ingeniosa mentira, que mientras es pronunciada,  por dentro, ustedes tiemblan, porque saben que no tienen ya palabras para sacarnos de este infierno, para ayudarnos a abrirnos paso en este laberinto de miserias.

Y, mientras tanto, para aquellos que tienen un concepto errado de la lealtad y consideran que si una persona lo distinguió en algún momento es para mantenerse dócil y sumiso ante esa persona, les digo; no señor. Ni tirano ni mucho menos esclavo de ningún hombre. Porque una cosa es ser jefe y los demás dejarse mandar, y otro muy distinto es ser tirano y dejarse esclavizar.

Pienso, como le dijo Luzia a don Eronildes, mientras se encontraban en la mesa, en la Costurera, de Frances de Portes, “Es como darle a un pájaro una jaula más grande, solo para que despliegue las alas, pero no para que vuele”.
Rafael R. Ramíres Ferreira
ESTO PIENSO, ESTO CREO

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