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miércoles, 22 de junio de 2011

La señorita Ercilia Pepín no se merece tal afrenta



El Centro Vacacional de Jarabacoa
Se pone en marcha un plan para el total despojo de un bien público

El Centro Vacacional de Jarabacoa se honra con el nombre de Ercilia Pepín, (1886-1939). Maestra santiagués ilustre, mujer de excelsas virtudes, a su notable labor educativa,  de elevado civismo, sumó, para su grandeza, su fervor patriótico, indoblegable, cuando botas interventoras de Norte América, hollaran el suelo patrio. Enclavado en el centro de una de las zonas recreativas y turísticas más apreciadas del país, la  construcción del Centro fue confiada  por el Presidente Dr. Joaquín Balaguer al Ing. Federico Medrano Basilis. Pero la obra realizada no fue del agrado del Dr. Balaguer, que  así se lo hizo saber, cayendo en desgracia. El conjunto de casitas atropelladas, sin ningún encanto, hecho con limitaciones  y poca  imaginación, desentonaba con el medio ambiente, y su entorno, bucólico, pastoril, “entre pinares”, como interpretaría, melódicamente, la Espina de Ébano,  nuestro Rafael Colón, acabando  con el entusiasmo que alguna vez alentara el Doctor. La obra quedó prácticamente abandonada y no tuvo, desde entonces,  ningún tipo de favor del gobierno ni acogida alguna del sector al que supuestamente estaba destinada.

Así la encontré cuando fui designado Secretario de Estado de Deportes, Educación Física y Recreación y me propuse rescatarla como parte del Programa Recreativo del Gobierno de Concentración Nacional, lo que encontró amplia acogida por el Presidente Jorge Blanco, quien dispuso el traslado inmediato de la administración de dicho centro a la SEDEFIR, emitiendo el Decreto No. 94/1982, mediante al cual  se  ofrecía a los vacacionistas, particularmente a empleados públicos y familia, programas recreativos y de  esparcimiento, una vez restauradas, equipadas  y dotadas de todas las facilidades las cabañas para su disfrute,  incluyendo transporte y financiamiento mediante un convenio con el INAVI y con otras instituciones y organismos del Estado. La oferta  de la dirigencia olímpica  atraídos por el magno evento deportivo Santiago 86,  prometía un contingente de atletas y de turistas que abarrotarían la limitada capacidad hotelera y habitacional de Santiago y sus alrededores, nos hizo doblegar el esfuerzo  y la inversión, a la par con  la Secretaría de Obras Públicas  encargada de reacondicionar la carretera de acceso afectada  por los fenómenos David y Federico.

Penosamente, todo aquel esfuerzo por dejar un vacacional funcional y atractivo resultó fallido al término de nuestra gestión. Pero nunca el abandono y la depredación llegaron a los extremos que ahora se nos revela, con nombres y documentos. La desfachatez  y desparpajo con que un grupo privilegiado de dirigentes políticos, funcionarios gubernamentales, empresarios y periodistas,  en contubernio con la actual administración, ponen  en marcha un plan para el total despojo, en su beneficio,  de un bien público que debió preservarse para mejor destino. Uso abusivo del poder y la autoridad, que deslegitiman la operación que  viene  a suplantar la ley, la ética y la decencia. Al menos, si la justicia no actúa y esclarece los hechos para establecer responsabilidades, debe  tenerse el pudor de quitarle el nombre al Centro Vacacional. ¡La señorita Ercilia Pepín no se merece tal afrenta!

Luis Scheker Ortiz / Hoy.com
http://hoy.com.do/opiniones/2011/6/21/380940/El-Centro-Vacacional-de-Jarabacoa

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