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sábado, 16 de julio de 2011

Crimen destroza familia gasparense



Santiago. En la familia de Carmen Mendoza Gil, la mujer asesinada de un disparo en la boca en el atraco a un colmado de su propiedad, la vida cotidiana se ha convertido en una pesadilla, cuenta Pedro Eduardo Vargas Hidalgo, su viudo.

El hecho se produjo frente a sus hijos, en Gaspar Hernández, provincia Espaillat. En medio del llanto y la consternación, Vargas Hidalgo narra a El Caribe que los asesinos de su esposa primero la amordazaron y la mantuvieron en cautiverio con sus tres hijos de 17, 10 y 9 años.

Al niño de diez años lo golpearon en distintas partes del cuerpo por resistirse a la acción cuando vio cómo su madre agonizaba por el disparo que le propinó un hombre de tez blanca y ojos claros. “Parece que como mi mujer y mi hijo los vieron decidieron matarla a ella y a él agredirlo físicamente”, dice Vargas.

El cuerpo de la dama de 50 años permanecía ayer en la morgue del hospital regional José María Cabral y Báez para  practicarle la autopsia. Los delincuentes también habían matado en otro suceso a la madre de Vargas Hidalgo, de 84 años.

Conmoción.
En la comunidad de Gaspar Hernández, de la provincia Espaillat, el crimen tiene conmocionado a sus residentes, que reclaman justicia.

Antonia Santana, hermana de Vargas, se queja de que en ambos crímenes, el de su madre y el de su cuñada, la Policía no tiene ningún detenido.

“Con mi madre hicieron de todo, hasta le metieron un palo por el ano, la asesinaron salvajemente, pero hoy el criminal, un hombre identificado como Félix Mendoza González, anda suelto como si no hubiese cometido el crimen y es visto por todas partes en esta zona”, apunta. Reclama a la jefatura de la Policía  Nacional que se realice una investigación que permita que en ambos casos se dé con los responsables del crimen.

Secuelas en los hijos y en la comunidad

La comunidad de Gaspar Hernández está indignada por el asesinato de Carmen Mendoza Gil. Sus hijos, que vieron el crimen, están desconsolados, según cuenta su padre. Y uno de los pequeños, que fue golpeado salvajemente porque quiso intervenir para que no la mataran, además del dolor del deceso de una madre, siente la impotencia de haber presenciado el hecho sin poder evitarlo.

Miguel Ponce / El Caribe
http://elcaribe.com.do/site/nacionales/281913-el-crimen-destroza-familia-gasparense.html

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