"En nuestros tiempos juveniles, como bien recuerda Facundo, hacer el amor era tan difícil que más que un pecado era un milagro. Ahora, según me cuentan, le dice usted a una joven que se siente… y la muy hija de su santa madre, se acuesta". + Expresada en su artículo: El permiso de seducir, en su columna: El bulevar de la vida, en El Nacional. Marihal / Desde La República Dominicana
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