El tufo de los 11 mil millones de pesos que según el vicepresidente Rafael Alburquerque invertirá el Gobierno en programas sociales es inconfundible. Máxime de tomarse en cuenta las estadísticas de que se han jactado las autoridades sobre el apoteósico crecimiento de la economía y la reducción de la pobreza.
El 7.8% que creció la economía en 2010 superó el promedio de América Latina. La cifra fue endosada por el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, quien además agregó que República Dominicana es uno de los países que mejor ha sorteado las adversidades financieras.
Lo de que el crecimiento no ha contribuido a reducir la pobreza queda desmentido por un informe del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, según el cual a abril de este año unas 110 mil personas pasaron a engrosar la clase media. Con tales factores ¿cómo se explica la decisión de reforzar el programa Solidaridad?
El tufo político se torna todavía más inconfundible de tomarse en cuenta las dificultades enarboladas por el Gobierno para cumplir con la asignación del 4% para educación que consigna la ley, el 10% a los Ayuntamientos y con demandas como las del Poder Judicial y la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
El Gobierno no ha encontrado recursos para saldar una deuda de 900 millones de pesos con los arroceros ni para rescatar de la quiebra en que se ha declarado el sector agropecuario, pero está presto a erogar 11 mil millones sólo en lo que resta de año en la distribución de 60 mil tarjetas Solidaridad a personas que viven en la pobreza.
No es la entrega de las partidas lo que se cuestiona, pues es posible que supere las 600 mil el número de familias que necesiten de la subvención gubernamental para solventar algún tipo de necesidad. Lo que se cuestiona es el contraste entre la acción y las estadísticas oficiales.
En los umbrales de un proceso electoral, la decisión cobra más relevancia. Sobre todo cuando se ha atribuido al Gobierno haber hablado de la inversión de miles de millones de pesos en programas sociales como parte de su estrategia para incidir en el proceso de votación.
El toque político a la inversión que anunció Alburquerque se lo han puesto las propias autoridades con las contradicciones que plantean sus encomiables cifras sobre el crecimiento, la prosperidad y la reducción de la pobreza, así como las dificultades esbozadas para satisfacer necesidades de la población.
Editorial El Nacional
Caricatura: Cristian Hernández
http://elnacional.com.do/editorial/2011/10/19/98777/Tufo-politico
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