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jueves, 15 de diciembre de 2011

Aberrado moral: Vinicito Castillo Semán


                Vinicio Castillo Semán.

Trujillo, los Castillo y las palabras de Hipólito
En una conferencia que daba en el local de IGAFAR, Hipólito Mejía, ante un grupo de ex militares afiliados a ese instituto, se refirió al Servicio Militar Obligatorio que existió en la Era de Trujillo, destacando que servía para disciplinar a los jóvenes  a través del entrenamiento militar. Por este aspecto positivo de esa disposición durante la tiranía, el ex mandatario justificaba la creación durante su gobierno del Servicio Militar Voluntario, el cual entiende necesario en estos momentos para orientar a la juventud dominicana que se ve tentada al vicio y la corrupción. Habló de reinstalar de nuevo este servicio potestativo sin decir en ningún momento que restablecería el Servicio Militar Obligatorio, como han distorsionado sus expresiones.

Como era de esperarse, la alusión a una de las acciones de la tiranía que pudo ofrecer  una lección positiva, fue utilizada políticamente para tratar de enlodar la candidatura de Hipólito Mejía. El peledeísmo tomó por los pelos las declaraciones del candidato perredeísta y las interpretaciones retorcidas de sus palabras surgieron por todos los medios con tergiversaciones encaminadas a endosarle un supuesto fervor trujillista inexistente.

Entendiendo cómo se hace  política en este país, había que aceptar que esas declaraciones se constituirían en un caramelo que degustaría el peledeísmo atacando la candidatura perredeísta. El PLD tiene mucha gente en sus filas cuyos familiares, o ellos mismos aportaron su sangre o el martirio de las torturas en las cárceles de esta despreciable tiranía, de estos podría esperarse, sin ningún reproche, que utilicen en su provecho la historia que le favorece, sin embargo, algunos peledeístas (o aliados) no le luce utilizar este tema para atacar a Hipolitito Mejía, ya que en alguna forma estuvieron comprometidos en oscuros episodios de la tiranía.

Se destacan las declaraciones del Doctor César Pina Toribio, cuando dijo; "veo con mucho pesar que gente que se califica de líder y aspire a gobernar este país tenga a Trujillo como modelo...", es una burda manipulación de la intención de las declaraciones de Hipólito Mejía, sin embargo, la reacción del Ministro de la Presidencia, aunque también reprochable, se entiende como repuesta política del PLD a las palabras del principal candidato opositor.

Por otro lado, con relación a Pina Toribio existe una connotación familiar a tomar en cuenta. El tirano era pariente de su padre el Doctor Ramón Pina Acevedo, quien no reniega su admiración por Trujillo. Sin embargo, a pesar de sus sentimientos y vínculos filiares, al doctor Pina Acevedo nadie le puede relacionar  con las atrocidades que se cometieron durante la tiranía.

Pero lo más chocante es el contenido de un artículo que escribió Vinicio Castillo Semán en el Listín Diario el día 12-12-11. Endosándole "una mentalidad autoritaria y cavernaria" y "mentalidad trujillista truculenta" a Hipólito Mejía. Es muy contradictorio  que quien habla así sea un hijo de Marino Vinicio Castillo. Vinicito debió dejar esas expresiones a la Familia Mirabal y otras personas con moral para hacerlo. Ignoró  que la gente recuerda que el trujillismo en la expresión más "truculenta y cavernaria"  está en su propia progenie.

No sé por qué un miembro del clan Castillo tiene el atrevimiento de atacar a nadie por un supuesto trujillismo. En el caso de ocasión, no fue Hipólito Mejía quien dirigió turbas para saquear iglesias de curas opuestos a la tiranía en 1959, ni quien trató de mantener vigente al Partido Dominicano en 1961 luego de la muerte del tirano. Tampoco  fue Hipólito Mejía quien llamó "Titán" a Rafael Leónidas Trujillo en una manifestación de fervor trujillista y de loas a su protector (expresión extraída de una entrevista que se le hizo en Radio Clarín el 4 de agosto del 1961 siendo Diputado por el Partido Dominicano).

Hipólito Mejía no se ha distinguido por ser aliado político de los peores hombres y causas como lo fue Vincho Castillo con Trujillo, Balaguer, el Golpe de Estado de 1963 y el intento de desconocimiento electoral en 1978. El ex Presidente Mejía, tampoco se ha destacado por haber enfrentado a los mejores hombres y mujeres dominicanas como lo hizo el doctor Castillo con los sacerdotes que enfrentaron a Trujillo, con las hermanas Mirabal, con Tavares Justo, con Juan Bosch, con Peña Gómez, etc.

Antes de señalar a otros, el  doctor Castillo Semán, debe cuidar su propio techo. De cristal muy frágil, es sumamente sensible. Su aberración moral le induce a buscar capital político, a través del daño personal y político a personas que no arrastran una cola tan larga como la que compromete su misma sangre.  Se extiende hasta el trujillismo más despreciable a través del principal personaje de su propia familia.

El padre del doctor Castillo Semán tiene un registro histórico nefasto ligado al trujillismo en su peor manifestación. El atropello, la persecución y la perversión, vilezas con las cuales no se puede relacionar a Hipólito Mejía. Ya ha sido condenado una vez por difamador y llevado varias veces a los tribunales con la misma acusación. En esta indignidad también emula los procedimientos de la tiranía para desacreditar y perseguir a sus opositores políticos. No nos debe extrañar un hijo suyo acudiendo a la tergiversación de la verdad cuando busca un beneficio en las lides políticas.

Preferir este estilo infame de hacer política no le ha reportado a la familia Castillo otra cosa que el rechazo electoral inexorable. El inmoral impenitente, recibe el castigo permanente por sus hechos. La FNP, cuando participó sola una primera y única vez en unas elecciones presidenciales, obtuvo el insignificante apoyo que reciben los rechazados por la sociedad(el 0.32% de las votaciones en las elecciones de 1990).Esta exigua fuerza política, solo ha podido intervenir como muleta de organizaciones mayoritarias, es lo único esperado del parasitismo político de conveniencia que ejercen quienes se resisten a reconocer su repudio y solo encuentran la forma de trepar al poder a través de la peor forma de hacer política en la que nunca falta la detracción, la cual parece genética en muchos de la familia Castillo (hay excepciones).

El vástago, haciendo honor a la característica más distintiva del progenitor, además de utilizar el lenguaje denigrante para denostar con inquina y ofensa personal al adversario, lo hace también con quienes no se suman a su estilo infame de hacer política. Trata de "hipócritas" a quienes supone deben adherirse al descrédito de Hipólito Mejía a través del uso politiquero de sus palabras. Esta clase de gente desconoce el honor y el respeto en el ejercicio político y no tiene más que oprobios para quienes aprecian esos valores. No todo el mundo encontró "el nuevo pensamiento político Trujillismo con PPH", creación de la mente enfermiza de Vinicito, en las palabras de Hipólito Mejía.

En conclusión, Vinicio Castillo Semán, no tiene moral para atribuirle a Hipólito Mejía el trujillismo de compromiso que caracteriza a su propio padre, y menos, tergiversando el significado de las expresiones del candidato presidencial perredeísta.


Eurípides A. Uribe Peguero
Acento

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