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martes, 17 de enero de 2012

Corrupción está compuesta por una cadena de actores entrelazados


                     Dunia De Windt.

Corrupción
A pesar de que estamos comenzando un nuevo año y finalizamos un 2011 de muchos cambios en todos los ámbitos, marcado con una fuerte crisis económica mundial, con protestas a lo largo y ancho del planeta en contra de un sistema que sólo beneficia a los que más tienen, según los entendidos en economía, el 2012 habrá una fuerte recesión en algunas naciones y la crisis continuará.

Con todo y eso, también seguimos arrastrando lastres que desgraciadamente nos acompañaran hasta que surja una fuerza política que se respete, en nuestro país. Recientemente y no es para sorprenderse, nuestro país fue incluido en la lista de los países más corruptos dentro del informe de la organización alemana Transparencia Internacional. Aunque el índice de Percepción de la Corrupción (CPI) del pasado año, señala a Venezuela y Paraguay, como los países más corruptos de la región.

En ese sentido, la Fundación de Acción de los Derechos Humanos, en unos de los acápites dice que, el fenómeno de la corrupción (ya sea en forma de tráfico de influencias, o en forma de obtención de favores ilícitos a cambio de dinero u otros favores) constituye una vulneración de los derechos humanos por cuanto generalmente entraña una violación del derecho de igualdad ante la ley, y en ocasiones, llega a suponer una vulneración de los principios democráticos, conduciendo a la sustitución del interés público por el interés privado de quienes se corrompen. Por añadidura, el fenómeno de la corrupción lleva aparejado un elevado coste social y económico.

Todos sabemos lo anteriormente descrito, no es noticia. El asunto es que nuestra nación sigue empañada de una corrupción que ya es inaguantable. Sin distinción de partidos, colores, líderes y sectores. Todos son iguales ante los ojos de la  corrupción, y son corruptos conocidos por todos, con sus nombres y apellidos.

Sumado a esto, tenemos un fallido sistema judicial que no ayuda en nada en el deseo de  esclarecer y castigar a los corruptos. Aparte de esto, una oficina de “prevención de la corrupción” que tampoco sirve de nada. Es un adorno, como otros tantos adornos y flores que existen en cada gobierno que desgraciadamente nos ha tocado vivir. Presidentes extremadamente permisivos con todo esto, que prefieren mirar a otro lado, hacerse los sordos y ciegos, como aquel estadista que justificaba la corrupción, y un tipo de gobernante que participa activamente en escandalosos casos de corrupción y todavía anhela a gobernarnos nuevamente.

Sin un sistema judicial que funcione, con jueces y fiscales de mano dura que apliquen el peso de la justicia en los innumerables casos de corrupción que tenemos, seguiremos siendo un país encabezando los primeros lugares de esa lista internacional,  continuaremos en la senda de ser un país con un sistema fallido en todos los órdenes. La corrupción está compuesta por una cadena de actores entrelazados amparados bajo un sistema disfuncional como el nuestro. A veces se ve la cabeza, más no la cola.


Dunia De Windt
El Día
http://eldia.com.do/columnas/2012/1/2/71667/Corrupcion

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