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jueves, 26 de enero de 2012

Viva Juan Pablo Duarte!



Duarte
Duele saber que la figura histórica de Juan Pablo Duarte resulta extraña a la mayoría de las presentes generaciones  que ignoran o son indiferentes a la trascendencia  de su obra redentora, una desalentadora  realidad a la que han contribuido políticos e historiadores que desdibujan el perfil  de uno de los independentistas más visionarios y humanistas de América.

En vez de presentar al fundador de la República en el ocaso de su vida biológica, después de probar el acíbar de la traición, cronistas y trovadores deberían difundir  la imagen de un patriota que a los 25 años  forjó La Trinitaria, la más moderna y revolucionaria estructura política conocida  hasta entonces.

Duarte  fue un apóstol  de la independencia al mismo nivel que José Martí, porque al igual que el prócer cubano, cultivó el saber sin desdeñar las armas, solo que  el patricio dominicano cargó con el rango de general 61 años antes de que  Martí cayera abatido en Dos Ríos.

Los jóvenes de hoy deberían abrevar de la inagotable fuente de honradez personal, desprendimiento, sacrificio y fervor libertario que representó la vida de Duarte, al punto que  al retorno de una batalla en la  región Sur, rindió cuenta a la Junta Gubernativa  de hasta el último centavo que le fue entregado para financiar esa empresa militar.

No olvidéis que  Duarte dispuso a favor de la causa separatista de  todos los bienes materiales esenciales de su familia y que nunca reclamó nada a cambio una vez proclamada la Independencia con el trabucazo  de Matías Ramón Mella en la Puerta de La Misericordia.

Al cumplirse hoy el 199 aniversario del nacimiento del padre de la nacionalidad, los buenos y verdaderos dominicanos están  compelidos a trabajar sin descanso para rescatar su auténtica figura histórica y  luchar aún más para que  presentes y futuras generaciones valoren la trascendencia de su obra y asuman su ejemplo de hombre de bien v patriota ejemplar.

Que caiga la mayor penalidad moral sobre políticos y académicos que por provecho propio trastornan la verdad sobre  la vida y obra de Duarte o que  con su  silencio contribuyen con propósitos malsanos de impedir que  su referente sea asumido por la juventud de hoy con el mismo fervor  que los trinitarios colocaron  la cruz de la redención en el corazón de la bandera tricolor.

 Aunque  la imagen de un  Duarte vigoroso no  se exhibe hoy en la prensa escrita ni de él se habla con profusión en escuelas, universidades ni peñas, El Nacional cumple con su irrenunciable deber de proclamar hoy, día de su cumpleaños, que su obra política y redentora   es imperecedera y que la República jamás será  sierva. ¡Viva Juan Pablo Duarte!
Editorial El Nacional
Dibujo: Cristian Hernández

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