Abrahan Virgilio Féliz Báez, viceministro de Agricultura.
El miércoles 23 de agosto en horas de la mañana una flamante yipeta con la placa oficial 099 se parqueó en nuestro frente bloqueando la entrada de vehículos a nuestro parqueo, en la Josefa Perdomo 151. La zona se encuentra congestionada por la gran cantidad de público que asiste el Centro Médico Semma. El policía asignado por el centro médico al área no pudo evitar que la yipeta se parqueara allí.
Ante la imposibilidad de localizar a los dueños del vehículo optamos por dejar una seña visible de nuestra indignación. Colocamos en bonete del vehículo uno de los pilares amarillos que usamos para señalar nuestra entrada.
Partimos a nuestros respectivos trabajos. En nuestra ausencia aparecieron las personas dueñas del vehículo, una mujer y su chofer vestido de militar. Molestos por nuestra señal indignación identificaron nuestro apartamento. Presionaron a la persona que nos ayuda en las tareas de la casa para que llamara a los responsables convencidos de que estábamos en el interior de la casa y no queríamos salir. Además amenazaron a nuestro hijo de 13 años con entrar a la casa, y diciéndole lo que le pasaría a mi esposo cuando llegara, esto fue en diferentes oleadas de amenazas hasta que hicieron entrar al niño en una crisis nerviosa y lo obligaron a darle el teléfono de nuestra casa.
Al niño tuvo que venir su madre biológica a buscarlo, pues éste la llamó por teléfono preso del terror. Luego llegó otra yipeta con dos mujeres a bordo a provocar en la entrada de la marquesina, esperando por nuestro retorno. Para cuando volvimos a la casa eran alrededor de las 2:30pm. No había rastros de la yipeta oficial, sin embargo casi en el mismo lugar donde estuvo ésta, se parqueo una yipeta azul de placa G124415. Nos desmontamos de nuestro vehículo y Javier decidió ir a hablar con el policía del SEMMA para que nos explicara lo ocurrido en nuestra ausencia, y el porqué había otro vehículo en un mismo estado de provocación.
Mientras hablaba con el policía varios militares vestidos uniformados y varios agentes con sacos y lentes oscuros, lo rodearon sin mediar palabras, lo revisaron y, como si fuera poco, lo golpearon varias veces en la cabeza y el cuerpo. Finalmente lo introdujeron en la yipeta azul con paradero desconocido.
De pronto nos sentimos transportados a los 12 años. Resultó que la yipeta de placa oficial 099 era propiedad del subsecretario de agricultura, Abrahan Virgilio Féliz Báez y eso fue suficiente para que este funcionario utilizara la fuerza pública en un virtual secuestro.
Con la ayuda de Narciso Isa Conde localizamos a Javier en el palacio de la Policía. La presencia de Narciso sin duda alguna varió la suerte del presidiario. Nos reunimos con el jefe del Servicio Secreto quien nos garantizó que Javier saldría en dos horas, claro que esto no se cumplió. Mientras tanto, el sub secretario visitaba a su preso personal para amedrentarlo y fanfarronear sobre su poder. Además de mencionar que su yipeta costó más de 3 millones de pesos, informó que de haber estado él en el lugar habría vaciado el peine de su pistola contra Javier.
El mismo miércoles alrededor de las 11 de la noche Javier fue enviado a su casa bajo condición de presentarse al día siguiente a las 9 de mañana. El funcionario no se presentó nunca a sustentar su querella por supuestamente haberle rayado el vehículo, aunque el fiscal le dio de plazo hasta el viernes a las 6 de la tarde, que fue cuando finalmente lo pusieron en libertad simple.
Cuanta prepotencia y altanería. Nosotros nos preguntamos quién es este funcionario, qué otras actitudes similares ha tomando y tomará contra personas que no tienen influencias y relaciones para sacar a la luz pública los atropellos de que son víctimas.
Se debe continuar denunciando esta forma de actuar y el uso desproporcionado de la fuerza. Es precisamente la impotencia de los ciudadanos y la impunidad la que hace que tipos como éste crean que pueden atropellar a cualquier persona. Pobre de los dominicanos y las dominicanas que se topen con un tutumpote de éste calibre.
Félix Báez es un funcionario del más alto nivel que simplemente no cree en la institucionalidad que representa. Por qué no resolver este problema por las instancias adecuadas. El altercado que inició este problema podría parecer trivial, pero a fin de cuentas hoy es un parqueo, pero mañana será por otra cosa. Hoy somos nosotros, pero mañana serán otros.
Nos consideramos personas conscientes de nuestra responsabilidad social y por lo tanto creemos que no podemos ceder al miedo que se hace cómplice del olvido y del silencio en una sociedad plagada de corrupción e impunidad.
Responsablemente,
Andrés Javier Chávez Quisqueya Lora H.
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