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viernes, 18 de mayo de 2012

El enojado biógrafo del cártel de Sinaloa: Vincho Castillo


      Vincho Castillo.

El mismo que no aguanta examen de su historial desde Trujillo y los Paleros de Balá, hasta hoy
La televisión tiene un gran defecto: retrata las cosas que se deben ver. Cuando el Dr. Castillo (Marino Vinicio, conocido también como Vincho) se pone como un tomate, habrá que decir como en aquel programa español en sus mejores tiempos: "¡Aquí hay Tomates, pero  muchos tomates!"..

Severo, iracundo, con la lengua convertida en un foete flojo, con los ojos desorbitados igual que Barnabás Collins, golpes de mesa cifrados como en clave de morse, heredero de Pedro Botero y sus ardientes calderas.

Quienes solemos verlo, para vacunarnos, conocemos sus códigos de rabia o júbilo. Cada domingo se nos deteriora el Dr Castillo, y nos ayuda a leer -en sus rabietas de hombre de la tercera edad desconsolado por la historia- la bitácora del juego electoral.

Manejador de datos confidenciales, artífice de secretos sucios que él puede limpiar de modo módico, y cuando la cosa se le pone fea, entonces se encojona (¡Agua, agua para el Dr Castillo, que se nos pone rojo como un globo a punto de estallar!).

Quienes miramos la televisión sabemos bien cuando está de pláceme, es el momento en que ¡¡Zas!!, los dientes se humedecen y, como si no tuviera memoria, un hombre culto y de buen decir, se ríe al sentenciar que tiene una libretica de Aljure Barjum, el colombiano,  y etc etc.


El resto ya lo sabemos: imputar a sus enemigos políticos con amenazas que ya hieden a hez y él lo sabe. Cosas del Gran Zar de pacotilla de la droga, todo un lujo para inventar expedientes a unos, pero nunca a otros. Que se cansa la gente de lo obvio Dr Castillo, se cansa...

En estos momentos está pichando desesperado uno de sus últimos inning de maldad y calumnia, porque sabe bien que el balance de un régimen como este lo incluye no sólo como vocinglero y manipulador de malas artes, sino como gran beneficiado del estado de cosas que defiende con el fervor que pretende ser patrio. Y que todos sabemos bien que no lo es, porque la peste lacustre de Dinamarca tiene un vaho que ciega y confunde...

En la macabra fantasía de su gran obra mediática, La Respuesta, cuyo frontispicio visual recuerda a los Cartwright de la serie Bonanza (Dios Patria y Hogar ), el domingo 22 de abril de nuevo se atrevió a manejar el tema del Cártel de Sinaloa.

Y ya conocemos al Dr Castillo y sus filamentos de cólera; cuando la realidad le es adversa, se revuelve contra ella, salta, brinca, manotea como futuro ahogado de arroyuelo, como si al deformar la realidad con su histrionismo de leguleyo "convincente", ya la hubiera vencido, pero no. En ese programa volvió al tema del camino "malo" y el camino bueno, dilema maniqueo de escolaridad  parvularia que nadie escucha y eso le da rabia ¡y qué rabia...!

"Esos son espejos que están ahí "... "El crimen organizado participa en la política"... Esas son cosas menudas y ya sabemos que cuando el síndrome lorofrenético ataca, se repite, se repite, se repite, se repite y se repite, literalmente..

Pero Félix Bautista, el héroe de nuevo cuño del PLD, es también el héroe del Dr Castillo, se debe suponer. Por una razón simple, ahora Haití es un estado organizado, ahora Haití puede pedir ayuda para extradictar, ahora Haití sí tiene instituciones, avalando la comedia de teatro ramplón de funcionarios haitianos y dominicanos (todo sea por Félix Bautista).

La oscura marea de entuertos y enredos de millones de dólares se los ha llevado a todos de paso, hasta al mismo Señor de la Ética y a la seudo severidad de honorabilísimo auto proclamado. El mismo que no aguanta examen de su historial desde Trujillo y los Paleros de Balá, hasta hoy.

El juego de no imparcialidad fingida y maquillada dejó caer su careta, como en los carnavales nocturnos de desmadres venecianos. Ahora es el nuevo rosario caído en el vacío de sus cacofonías: Que el Cartel de Sinaloa quiere la isla entera, excusa para atacar a un candidato presidencial de partido grande, que no es el PLD. Ataques que nadie responde porque, indudablemente, como la baba ociosa, la credibilidad de quien siempre miente, por los suelos rueda…baba solitaria, que baba se queda...

Otros titulares del programa La Respuesta: "El Portón y la dinamita", "Fueron 16 cartuchos de dinamita ", expresaba utilizando sus más ensayados gestos con intento de dramatismo, mientras blandía airado la foto en blanco y negro, postalita repetida hasta la saciedad. Porque el Dr Castillo se repite, se repite, se repite, repite, literalmente.

Y claro el televidente se harta y se aburre, pero de repente en esas repeticiones de temas y amenazas notamos algo especial, el Dr Castillo se ha vuelto peor que el helicóptero colibrí, dando vueltas en el mismo eje; como los tristes perros pulgosos que al rascarse el rabo, viran y viran y viran la boca para rascarse con los dientes manchados, pero no pueden y de nuevo viran y viran... La televisión es traicionera y  muestra mucho más de lo que algunos personeros quisieran.

Cuando el Dr Castillo casi termina su respuesta, baja el tono grave de su voz, intenta ponerse amigable como un evangelista mediático, y habla de nuevo del camino malo y el camino bueno.

Alaba a su candidato con orgullo y de nuevo se empeña en utilizar sus mejores gestos y sus palabras más manoseadas, sus lugares comunes hartos sabidos, para proclamar que estas elecciones son únicas en la historia dominicana, que de ellas depende la existencia misma de la República Dominicana, de la Patria, del Estado-Nación, etc, etc.

En cierto modo tiene toda la razón, no me niego a coincidir con él, son únicas porque en estas elecciones el robo y el tráfico de dinero ilícito de sus aliados de partido han reventado en plena campaña electoral.

Este hecho irrebatible ha obligado a todos, aliados y partido central morado, a cerrar filas detrás del nuevo héroe, Félix Baustista, quien pronto también tendrá su busto blanco, como Juan Bosch, en el patio del local del PLD.. ¡Oh Bautista! ¡Domine, domine..!


Orlando J. Rodríguez
Especial para Acento

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