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sábado, 2 de junio de 2012

Pudor contra el Poder



Democracia herida
Lo más doloroso de las elecciones efectuadas  el 20 de mayo no es que haya ganado Danilo Medina y perdido Hipólito Mejía. Más que Mejía, candidato del PRD,  quien ha perdido es  la democracia. Dicho con palabras del poeta Abelardo Vicioso la democracia “está  herida por los cuatro costados”.

El PRD ganó 28 de las 32 provincias del país. El PLD, el partido vencedor,  perdió 28 y ganó cuatro. El PRD ganó gloria, el PLD ganó el Poder, aunque ya más poder no le cabe. Poder y pudor son palabras parecidas morfológicamente, pero muy diferenciadas semánticamente. La ausencia de pudor permite al PLD celebrar esta forma de lograr el Poder.

No pudo el pudor contra el Poder y en República Dominicana seguirá el predominio del poder sin pudor. El resultado estadístico de las elecciones ha sido validado.  Los dominicanos debemos  advertir que lo ocurrido el  20 de mayo puede repetirse. Los ventrílocuos del gobierno no quieren  que se hable de las irregularidades en el proceso.

 No quieren que se diga  que dirigentes del PRD  fueron tiroteados, apresados o vejados el día de las elecciones. Ni que en torno a los centros de votación, personeros del gobierno compraban votos y neutralizaban votantes. En  casos de quejas, la policía electoral reprendía  a los  partidarios de Mejía.

Cuando la ética resulta insuficiente para controlar el comportamiento de los hombres, las reglas han de imponerse mediante la ley. El presidente Leonel Fernández y su gabinete se lanzaron a las calles a repartir  bienes del Estado para  comprar voluntades a favor de su candidato. Eso le permitió asegurar que “ganaremos en el primer boletín”.

Antes de que se contasen las boletas depositadas, los peledeístas aseguraban que Danilo Medina había ganado.  Lo decían convencidos. Y ya aseguran que harán lo mismo en los comicios de 2016. Si los partidos de la oposición y la  sociedad civil no se avispan, la impudicia se impondrá  de nuevo a fuerza de billetes y quizá de fusiles.

La reforma a la Ley Electoral y la aprobación de la Ley de Partidos Políticos son pasos indispensables para que nos acerquemos a controles que puedan mermar la inequidad  y los abusos por parte de quienes  detentan el Poder y lo ejercen sin sentido ético. ¿Iluso, verdad? El Congreso Nacional  es dominado por  el PLD.

“El principio del gobierno democrático es la virtud”, enseñaba el Barón de Montesquieu. Pero dentro de cuatro años,  el presidente Fernández reclamará de Medina  reciprocar lo que ahora ha hecho  para llevarlo a la presidencia de la República. La repetición de ese libreto ofrece razones para espantarse.
Rafael Peralta Romero
Voces y Ecos
El Nacional

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