El problema con Altagracia Paulino es que no duerme ni acepta que la duerman; que no se anda por las ramas cuando de actuar y denunciar se trata; que piensa en los consumidores primero que en conveniencias políticas y que pone en evidencia a la burocracia inepta, insensible y prevaricadora.
Por ejemplo, ahí está el caso del salami que tiene hasta mierda entre sus ingredientes, pues Industria y Comercio no supervisa nada y a Salud Pública la salud de los consumidores le importa un carajo.
Ramón Colombo
FOGARATÉ
elCaribe
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