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miércoles, 18 de julio de 2012

El PRD es un partido vendido por el traidor

   Geanilda Vásquez.

Si usted tenía alguna duda de la campaña montada en contra del Partido Revolucionario Dominicano es posible que después de leer estos dos artículos, en dos diarios diferentes, su opinión cambie. Un columnista de un matutino y un alto ejecutivo de otro, suministran datos confidenciales del PRD, dan su opinión y sacan conclusiones. Esto demuestra que el traidor, en su afán de secuestrar a una organización y a una militancia que lo repudia, paga para que le hagan relaciones públicas.  

Es penoso el papel que desempeñan algunos medios y profesionales del periodismo.


¿Fuñir a Geanilda o al partido?
Otro episodio de la comedia de errores del PRD
Geanilda solicitó mediante carta el salón de actos de la Casa Nacional para una reunión con miembros de Organización, pero en el fondo era otro el propósito.

Quería probar si realmente el local estaba disponible, ya que no quería arriesgarse como Ivelisse, quien fue y la repajilaron carterita en manos.

La encargada le respondió que no había problema, pero que la comunicación debía dirigírsela al presidente del partido y no a ella.

Una verdadera trampa, pues Geanilda no reconoce esa condición a su antiguo jefe político. Escribir a Miguel, era asumirlo y que todo volviera a ser como antes.

El fallo del Tribunal se convertía en ley interna, del mismo modo que ya lo era afuera.

Así las cosas, se decidió por montar el show que ya se conoce, de protestar el impedimento de entrada a un recinto que debiera estar abierto a todos los perredeístas.

Las culpas, por tanto, se reparten, y a cuotas iguales, pues ella sabía que era Miguel y no Andrés, y Miguel que esa formalidad no aprovechaba a ninguno de los bandos.

Si el caso era fastidiar a Geanilda, habían otras -muchas-- maneras que no afectaban al partido.

http://www.diariolibre.com/opinion/2012/07/18/i344287_funir-geanilda-partidoa.html



ORLANDO DICE
Aquella carta de Geanilda, y el resultado de su torpeza
Orlando Gil 
orlandogil@codetel.net.do
EL ERROR.- Geanilda Vásquez fue a la Casa Nacional del PRD a provocar incidentes, sabiendo que no la iban a dejar entrar, pero no porque fuera Geanilda Vásquez, sino porque se niega a  reconocer a Miguel Vargas como presidente. La necesidad que tuvo de reunirse con sus compañeros de la secretaría de Organización fue una oportunidad de oro que Vargas y su grupo  aprovecharon. Tal vez no le bajaron todos los humos de la cabeza, pero va a tener que seguir fumando a escondidas.  Las torpezas son torpezas, y cuando una persona se acostumbra a cometerlas, estas se convierten en su segunda naturaleza. Ella debió haber informado de boca  a la encargada que usaría el salón de actos, por si otro dirigente se había adelantado y hecho reservación. Sin embargo, mandó una carta con la solicitud, toda muy formal. Y ese fue su error. Las palabras se las lleva el viento, pero lo escrito, escrito queda, como en su momento dijera Pilatos. Lo que pudo haber sido un hecho rutinario, se convirtió en extraordinario, pues en política la casualidad no existe...

EL GANCHO.-  Geanilda Vásquez, sin darse cuenta, ofreció el pecho, y eso, en una mujer, es imperdonable. La carta, como todo documento, fue tramitado. Se le respondió que sí, que no había problema, pero que su petición debía dirigirla al presidente Miguel Vargas. Evidentemente un gancho, pues de haberlo hecho, hubiera quedado atrapada y sin defensa. Que fue la idea, muy inteligente, aunque ñinnegablemente-- perversa. Como no hubo otra comunicación, se mantuvieron los términos. No pudo entrar ni realizar su actividad, y no le quedó de otra que protestar el hecho y hacer un poco de teatro. De teatro menor, hay que decir. Las pequeñas piezas que desarrollan los muchachos para su propia diversión, pero que en el caso del actual impasse en el PRD se apropian del escenario. La normalidad no avanza más aprisa, porque lo personal se coloca por encima de lo político. Andrés Bautista y la propia Geanilda Vásquez debieron haber vuelto a la dirección úni-ca del partido, pues el  fallo del Tribunal Superior Electoral fue adverso al propósito de echar a Vargas de la presidencia...

LOS CONJURADOS.-  Con Orlando Jorge Mera parece que no hay problema. Nadie sabe cómo formó parte de la conjura, pero tampoco se le puede acusar de cosas mayores. Nada en todas las corrientes, pero evidentemente que sabe guardar la ropa y nadie tiene fotos suyas en pelota. El maniobrero por excelencia. Dos mandatos como secretario general con los votos de otros, incluso de bandos en contienda. Es una gran incógnita, pero todos lo consienten, y en las dificultades exageran la solidaridad. Con Andrés Bautista y Geanilda Vásquez el cuadro sería diferente. El primero quiere su presidencia, y por el momento su principal obstáculo es Vargas. Si se volviera a la situación anterior, tendría que rodarse y ocupar un segundo lugar, que podría ser igual a nada. No le dejarían las manos libres y estarían acechando sus movimientos, pues ya forjó una imagen y no hay porque equivocarse de nuevo. Aparenta un senador romano,  y entre sus vestimentas se suponen dagas como los cuchillos memorables que se usaron contra Julio César...

LA DIFERENCIA.-  Geanilda Vásquez hace la diferencia, y la hace por mucho, pues cargó contra Miguel Vargas como si el problema fuera personal y sin  solución posible. Y está a la vista. ¿Cómo sentarse junto a Vargas como presidente si reiteró que no lo aceptaría en esa condición? Con ella se da lo que ya se conoce: Los novatos deben pagar el noviciado. Si no existieran estas dificultades de orden personal, fuera fácil la conciliación. Solo reconocer que fracasaron en el intento de dar un golpe de manos a Vargas. No se leyeron, y menos estudiaron a Curzio Malaparte, y no conocieron ni aplicaron las Técnicas del golpe de Estado. No habiendo otra forma de integración que no sea haciendo tabla rasa, olvidando las musarañas electorales, las de adentro y las de afuera, y llevando entre todos las tareas que están pendientes. Si Vásquez habla de un padrón, y Vargas lo tiene entre sus planes ¿por qué no hacerlo entre los dos, de manera que nadie alegue ventaja? Los terceristas proponen una Comisión Política pactada, en lo que todo lo discutido y acordado se oficialice con una levantada de manos colectiva. Como las que hacía José Francisco Peña Gómez, ese dictador con apoyo popular...
http://listindiario.com.do/puntos-de-vista/2012/7/18/240202/Aquella-carta-de-Geanilda-y-el-resultado-de-su-torpeza
Caricatura: Harold Priego

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