El derecho a la honra de don Hipólito
Don Hipólito Mejía tiene derecho a que se preserve su honra
A mí me parece muy bien que el ex presidente Hipólito Mejía haya demandado al senador Wilton Guerrero y al director de un periódico por alegada difamación e injuria, luego de que durante la pasada campaña dijera el primero y publicara el segundo que el candidato del PRD habría recibido dinero de narcotraficantes para financiar su proselitismo.
En el momento mismo en que el locuaz senador banilejo realizara su tremebunda denuncia, opiné por televisión que el peor servicio que podían hacerle al país quienes dicen luchar contra el narcotráfico es politizar sus denuncias o usar su credibilidad para fines partidistas.
Y esa opinión mía la fundamenté en que cualquiera que gobierne un país como la República Dominicana, puente natural del narcotráfico por cuestiones geográficas y de nuestras debilidades institucionales, siempre deberá padecer el escarnio de que alguna de su gente cercana o hasta íntima se contamine con esta lacra, pues el poder financiero del narco y su capacidad para doblegar voluntades son enormes.
Mejía tiene mucha razón al sentirse difamado por el senador Guerrero, quien declaró a la prensa que el candidato del PRD habría sido transportado por el piloto y hombre de íntima confianza del jefe del cartel de Sinaloa, México, conocido como Joaquín “El Chapo” Guzmán, en ocasión de una visita que hiciera don Hipólito a México semanas antes de las elecciones.
En esa visita el ex presidente Mejía se fotografió con el hombre más rico del mundo, Carlos Slim, dueño de Claro/Codetel, la principal operadora de telecomunicaciones en República Dominicana. Don Hipólito fue a México a una feria agropecuaria, igual que como en estos días anda por la Florida promocionando los mangos dominicanos.
El propio don Hipólito a veces tiene la boca como un tirapiedras y ha llegado hasta a decir que políticos que considera sus adversarios “juegan muñecas”, por no recordar todas las barbaridades que a lo largo de su carrera política ha dicho.
Pero aún así tiene derecho a que se preserve su honra y si cualquier político quiere dejarse usar para hablar por boca de ganso, sin contar con las pruebas necesarias para la “exceptio veritatis”, me parece magnífico que comience a ordenarse el gallinero de la politiquería con demandas como la incoada por el ex presidente Mejía. Adversar no significa difamar ni calumniar.
Don Hipólito tiene derecho a su honra.
16 Julio 2012, 10:23 PM
Qué se dice
¿Le sacaron los pies?- Parece una estrategia destinada a intimidar al querellante o a los jueces, pero sea lo que sea lo cierto es que el anuncio del senador peledeísta por la provincia Peravia Wilton Guerrero de que utilizará como testigos de descargo frente a la acusación de difamación que le hizo el ex presidente Hipólito Mejía al doctor Marino Vinicio Castillo, asesor en materia de drogas del Poder Ejecutivo y al mayor general Rolando Rosado Mateo, presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), añade un ingrediente dramático que permite adelantar que ese juicio será un éxito de taquilla.
Guerrero, quien dice no temerle (¿cómo va a tener miedo nadie en tan protectora compañía?) a la querella interpuesta en su contra por ante la Suprema Corte de Justicia por los abogados de Mejía, insiste en que recibió información fidedigna dando cuenta de que el piloto del jefe del cartel de Sinaloa, el Chapo Guzmán, declaró en la DNCD que transportó al candidato presidencial perredeísta en su viaje a ese estado mexicano.
¿Pero consultó Guerrero a sus testigos estrella antes de hacer el anuncio público? Hago la pregunta porque me cuentan que el pasado domingo el doctor Castillo, quien ya pasó por la amarga y humillante experiencia de haber sido condenado por difamación por un tribunal de la república que le ordenó pagarle un millón de pesos al ingeniero Hernani Salazar, negó haber dicho que el ex presidente se haya reunido con capos del cartel de Sinaloa. Tal y como están las cosas parece aconsejable que el senador peledeísta se reúna con sus testigos para coordinar mejor la estrategia de defensa a seguir, pues si Rosado Mateo también le saca la alfombra de los pies, como acaba de hacer Vincho, creo que va a necesitar mucho más que la solidaridad de sus colegas y correligionarios, pues los cincuenta millones de pesos que reclama Mejía como indemnización por alegados daños y perjuicios no son paja de coco.
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