Páginas

miércoles, 8 de agosto de 2012

Cámara de Diputados envía señal deplorable y bochornosa


Bochorno
Al excluir al Congreso Nacional de los alcances  regulatorios de la Ley General de Salarios, la Cámara de Diputados ha enviado una señal ominosa a la sociedad y desnaturalizado una iniciativa que se creyó pondría fin a una anarquía en el sistema de remuneración y beneficios de la Administración Pública,  a la que el  Poder Legislativo no es ajeno.

Con el voto favorable de 139 legisladores y  la objeción de sólo diez, la Cámara Baja  aprobó el proyecto con la vergonzosa modificación, que en esencia contradice el artículo 140 de la Constitución, que establece que “ninguna institución pública o entidad autónoma que maneje fondos públicos  establecerá normas o disposiciones tendentes a incrementar la remuneración o beneficios a sus incumbentes directivos, sino para un periodo posterior al que fueron electos...”

Lo peor no ha sido que los diputados pretendan liberarse de las regulaciones de esa ley,  sino que  ese despropósito se hizo  de manera  sorpresiva o artera, sin que ningún legislador se refiriera  a ese tema  de manera pública ni en la comisión que tuvo a su cargo el estudio de la pieza.

No parece gracioso que esa Cámara invoque  su prerrogativa  constitucional para  aprobar leyes que reducen sueldos o crean tope salarial en la Administración Pública, pero preservan estatutos de privilegio o  el  cuestionable derecho de  administrar en propio provecho  fondos públicos.

Resulta extraño que  desde el ámbito legislativo se  modificó sustancialmente  el proyecto original de la Ley General de Salarios  elaborado por  el Ministerio de Administración Publica, cuyo contenido se  limitaba a  establecer un marco de referencia, sin establecer topes salariales que serían  señalados posteriormente en un reglamento emitido mediante decreto presidencial.

Los legisladores impusieron el criterio de que los topes salariales  fueran incluidos en la ley, pero de manera  subrepticia o sorpresiva se  blindaron  ante el alcance de una ley que se supone impondría orden también  en los  ámbitos de los poderes Legislativo y Judicial.

Si el Senado  aprueba  esa ley con la  cuestionable e irritante  modificación impuesta  en la Cámara de Diputados, el estatuto no sería de aplicación general porque  el Congreso de la República  se convertiría en una especie de paraíso de la anarquía salarial.

Es una pena y una desgracia que la Cámara de Diputados  con la autoexclusión a los alcances de ese estatuto,  haya enviado señal tan deplorable y bochornosa a la colectividad nacional, que hoy no se repone de la indignación ante una  acción  que  privilegia el desorden y las ambiciones sectoriales en detrimento de un anhelada transparencia que se ha vuelto quimérica.
Editorial El Nacional
El Nacional  
http://elnacional.com.do/editorial/2012/8/8/130546/Bochorno
Caricatura: Cristian Hernández          

No hay comentarios:

Publicar un comentario