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martes, 7 de agosto de 2012

Gobierno viciado y clase gobernante viciosa


                Dr. Evil & Mini Me.

Doctor maligno y "Mini me"
A nadie  extraña  la última ristra de escándalos. Son  lodos negros  de la misma charca apestosa, y  se   petrifican fácilmente. El  lodo aquí  se seca  pronto, formando costras difíciles de romper. Es un fenómeno  geológico de mal gobierno y la desesperanza.

Observando  el fluir delictivo, recordé  la exitosa comedia cinematográfica  “Austin Powers”, escrita y actuada por el actor canadiense Mike  Myers, y dirigida por el norteamericano Jay Roach.

En ella, el antihéroe,  “Doctor Maligno”, es un retorcido y  psicóticamente ambicioso genio del mal. Concentra su obsesión y sus esfuerzos  en apoderarse del dinero de  gobiernos  y de  empresas millonarias de todo el  planeta; no para en mientes y se salta  los  escrúpulos.

En la película, sus “minions” (adláteres, socios y lambones), le regalan  un clon, que sólo se diferencia  del villano en el tamaño: es  un enano de apenas dos pies ocho pulgadas. Por lo demás, es como él, perverso e indecente. Lo nombra  “Mini Me”, “Pequeño Yo”, y  siempre lo sienta a su lado.

Viene al punto la parodia,  porque ninguno de  los robos, contradicciones y decisiones  opuestas  al bienestar nacional que hemos presenciado, incluyendo el affaire del Salami, son hechos  independientes. Forman parte integral y síncrona de un .

Esas instituciones no son otra cosa que el “Mini Me” de un Estado insensible, que otorga  derecho al saqueo  buscando  incondicionales y poder.  Ha sido así entre nosotros desde tiempo inmemorable. Es nuestra historia.

El Doctor maligno autoriza a sus clones rapaces y enloquecidos a desinteresarse del bienestar  general. Deben chupar el tuétano del Estado, siempre y cuando  mantengan su  gloria. Esto no es cosa de  películas, es la norma de líderes incapaces de pensar más allá de su egocentrismo.

Uno de los más recientes atentados contra el bienestar público,  imperdonable y atroz,  ha llegado a la frontera  en “voladora”. El  salami apestado  hizo brincar  a  los diputados haitianos de sus curules y, en un abrir y cerrar los ojos, prohibieron su  importación.

Soy un mal pensado, pero de aquí, de la isla, y no creo que se trate de cuestiones sanitarias esa novedosa  preocupación  de la  dirigencia créole  por la salud de su gente. Creo, más bien, que ellos son unos “Mini Me” de los legisladores nuestros e irán a lo suyo. Se levantará la veda a su debido precio. No debemos olvidar  que  el gobierno exporta  “ad libitum” el macuteo.

Los desfalcos continuarán, y seguiremos comiendo  embutidos certificados por Salud Publica sin creernos lo del  certificado, ni creyendo en los desaprensivos certificadores.

La credibilidad oficial se la llevó el lodo, las contradicciones, los ocultamientos; y las negociaciones ocultas que siempre resultan en beneficio de los  “bueyes que más jalan”.

Nos lo comeremos con pan, con galleta y con queso- los haitianos también-  por ignorancia, necesidad,   indolencia, o debido a la  amnesia nacional que padecemos. Pero, a pesar de  esto,  esperamos cambios; presintiendo, sin embargo, que seremos  nuevamente defraudados.
Segundo Imbert Brugal
Hoy.com.do
http://hoy.com.do/opiniones/2012/8/6/440428/Doctor-maligno-y-sus-Mini-Me
Dibujo: Dr Evil & Mini Me by chronofreak

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