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jueves, 18 de octubre de 2012

Sin miedos ni chantajes políticos baratos, caiga quien caiga



No, Monseñor
No es de extrañar que el presidente del Consejo Económico y Social (CES), Monseñor Agripino Núñez Collado, al presentar el informe solicitado por el Presidente para determinar lo que es tan evidente como el gorila de Roberto, rápidamente se despachara con una propuesta de borrón y cuenta nueva.

Núñez Collado recomendó al Gobierno una serie de iniciativas de cara a recuperar la confianza de la población, como son mejorar la calidad del gasto, aumentar los niveles de transparencia en la gestión financiera del Estado y establecer mecanismos de monitoreo social, auditoría y responsabilidad fiscal. En síntesis: Palabrerías.

Monseñor, me pregunto, quién le pidió a usted recomendaciones. Se le solicitó un diagnóstico, no el tratamiento a la enfermedad, que no es sarampión, sino una displasia. Como médico, usted no me representa, como no me representó cuando se discutió el artículo 37 de la nueva Constitución. Mire que la herida es reciente.

Esos 469 mil millones de pesos en gastos excesivos, no los quiero pagar yo y darle una “nueva oportunidad” a este mix de funcionarios viejos y nuevos sin distinción moral. No pagaré a Danilo porque cuando me presentaron el menú, yo no lo elegí a él, yo opté por una oferta nueva, tan fresca como una ensalada de rúcula, que arrancara de cuajo la inmundicia política que hoy usted pretende cubrir.

No me da la gana de perdonar a la anterior administración en sus desafueros de Poder, en su gula monetaria, en esa soberbia priísta antidemocrática y de mal gusto, en su afán de imponer a un candidato de su partido para tapar sus propios excrementos cual gato educado. Pero el tufo es inaguantable.

Para que el presidente Danilo Medina pueda recuperar la confianza de este pueblo mil veces vejado, es hora de que él se desvincule de la propia maquinaria que lo llevó al Poder y cierre los ojos, cual gato que recibe de comer, y de riendas sueltas a la Procuraduría General de la República en la lucha contra la corrupción. Se aceptan después los adornos y guirnaldas como la Dirección de Ética.

Sin miedos ni chantajes políticos baratos, caiga quien caiga: Morado, rojo, blanco o color “monojuyendo”.

Los dominicanos honrados no tenemos vela en el entierro de la corrupción, si a medio país  el Presidente debe “trancar” así deberá ser. Cuando menos, la anterior administración que lo alzó en loca caravana se aseguró de construir nuevas, espaciosas y cómodas cárceles, como la levantada por la OISOE en Higüey.

No se preocupe, señor Presidente, los ladrones estarán bien.
Patricia Báez Martínez
La autora es periodista y maestrante en Ciencias Políticas
Z - 101 Digital
http://www.z101digital.com/app/article.aspx?id=78352

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