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miércoles, 12 de diciembre de 2012

Locos?

¿Nos estamos volviendo locos?
No deja de preocuparnos y sentirnos estupefactos cada noticia de crueldad y de violencia extrema que el diarismo recoge y los programas noticiosos de la TV nos ayudan a visualizar como si fuésemos testigos presenciales del  horror que está viviendo la sociedad dominicana, víctima de una paranoia colectiva  angustiosa producida por las acciones criminales de antisociales y de la propia uniformada, encargada de preservar y proteger el orden y la paz pública, y  la impunidad que  gozan unos y otros  amparados en el padrinazgo y un sistema judicial permisivo que no alcanza a comprender el rol de la justicia.

En mi mente no se me quitan las palabras  perturbadoras y resignadas de Francina: “Mamá, me tocó a mí”, como si un fatal destino común nos aguardara irremediablemente. La violencia no deja de tocar puntos neurálgicos  de la sociedad que se estimaban intocables, sagrados: la familia, la mujer y los niños desamparados,  elevando a cifras increíbles muertes que las estadísticas no registran.

El colmo del  desequilibrio emocional, de la insania, la paranoia y el horror que se vive hoy en día, nos llega en las declaraciones atribuidas a sendos diputados unos del partido blanco y otro del partido morado sin que ninguno de los dos grandes partidos mayoritarios se hayan dado por enterados,  y sin que las comunidades de Pedernales y de la Provincia de Santo Domingo,  supuestamente representadas por estos esperpentos,  hayan levantado sus voces de protesta,  indignadas por tales desafueros  pidiéndoles a unos y otros, al menos, la renuncia de sus curules.

Mientras en medio del dolor de su tragedia Francina pide paz y no venganza, estos anacrónicos legisladores se atreven pedirle al Jefe de la Policía que instruya para que “no se dejen grabar cuando los agentes policiales vayan a darle  pa bajo”,  y que se “levante el paredón” para ser fusilados los presuntos o reales delincuentes, declaraciones  claramente no compartidas por el actual Jefe de la Policía, lo que refleja y deja bien claro el pobrísimo nivel de representatividad que nos gastamos y la indolencia de los partidos políticos incapaces de ejemplarizar con sanciones condignas a sus conmilitones que públicamente desde  altas esferas del poder (Comisión de Interior y Policía de la Cámara de Diputados) incitan a las fuerzas del orden al   asesinato y al crimen, actos atentatorios a la Constitución y al Código Penal dominicano y todos los tratados internacionales  preservativos de los derechos humanos y el debido proceso.

 Ha de suponerse que estos diputados, equivocadamente amparados en la inmunidad parlamentaria, obraron con conocimiento de causa  y entera libertad,  no por error o ignorancia.  No en obediencia a políticas  y órdenes  superiores. Pero el apañamiento  deja siempre un vaho de complicidad. Ahora que en el país se vive a la expectativa de  cambios que insuflen aliento a la esperanza, sería saludable que estas incitaciones criminales, truculentas, violatorias de la Constitución y las leyes penales vayan más allá de la simple denuncia pública del ciudadano común y muevan la acción del Ministerio Público.
Luis Sheker Ortiz
Hoy Digital.com.do
http://hoy.com.do/opiniones/2012/12/11/458384/Nos-estamos-volviendo-locos

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