"El pecado original de la apropiación por particulares, cuyos derechos ahora les son reconocidos, va a pesar. Por lo menos en el esquema de lucha de la calle. Este es un país con muchos padres de la patria, y estos están decididos a mantener su condición de prohombres de la República denunciando o afectando todas las transacciones que no sean claras. Y obviamente que las de Bahía de las Águilas dejan mucho que desear. A menos que haya una nueva doctrina jurídica, desconocida por el grueso de la población. Debieran por lo menos explicarla, pues desde el caso de Figueroa Agosto, y particularmente con Sobeida Félix, se tiene como legal llegar a acuerdos con los malhechores. Podría tratarse de otra aplicación de la norma, solo que nadie lo sabía...".
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