Manuel Rocha, Presidente Barrick Gold en República Dominicana.
¿Sabe usted quién es Manuel Rocha? “Un cuadro del imperialismo”, me respondió un antiguo militante de la izquierda revolucionaria.
Ciertamente, el presidente de la Barrick Gold Pueblo Nuevo es un cuadro político y militar del más alto nivel. Abogado surgido de prestigiosas universidades de Estados Unidos, como Yale, Harvard y Georgetown, con una vasta experiencia diplomática.
Desde 1983 ha estado viniendo a la República Dominicano, no solo por estar casado con una dominicana, sino para cumplir misiones políticas y profesionales, lo que le ha permitido conocer importantes dirigentes políticos y empresariales.
Su papel en América Latina es bien conocido. Ha estado en Honduras. Allí trabajó con la Contra nicaragüense para desestabilizar el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional que encabezaba Daniel Ortega. Durante su paso por Cuba, en 1992, dejó sus huellas conspirativas, según el gobierno de la isla. En Argentina por igual, en 1996. En Bolivia trató de impedir que Evo Morales ganara las elecciones intentando vincularlo al narcotráfico y al terrorismo.
Como puede verse, Manuel Rocha no es cualquier cosa. Es un hombre influyente y de mucho poder en Estados Unidos.
Fue designado en el cargo en noviembre del año pasado, es decir, poco después de Danilo Medina asumir la presidencia de la República. ¿Casualidad? ¡No! En modo alguno. La Barrick sabía lo que venía.
El movimiento, como en un juego de ajedrez, estaba calculado. No importa quién ganara las elecciones de mayo, Danilo del PLD o Hipólito del PRD. Ninguno instruyó a legisladores para que aprobaran el contrato que le otorga 97 de cada cien dólares a la empresa canadiense, ni exoneraciones desorbitantes. Al contrario, Hipólito firmó un contrato mucho más ventajoso para el país durante su mandato presidencial. Y prometió revisar los términos del mismo en caso de ganar las elecciones. Si mal no recuerdo, en algún momento de la campaña Danilo también lo dijo.
No fueron, pues, Hipólito y Danilo los culpables del adefesio; fueron Leonel y Miguel Vargas, escoltados por el “senador ejemplar”, Reinaldo Pared Pérez, secretario general del partido de gobierno y presidente de la cámara alta.
Danilo encontró lo que nunca ningún presidente electo había encontrado: El país quebrado, con un déficit fiscal rondando los 200 mil millones de dólares y una deuda externa superior a los 24 mil millones de dólares. La reforma fiscal no basta. Necesita dinero. Y ese dinero se encuentra en Pueblo Viejo, Cotuí. Allí está en oro. Allí está una buena parte de la riqueza de la nación. Recuperar por lo menos una parte, era de rigor. Habrá que ver, ya lo dije, si Danilo tiene el coraje de enfrentar el poder de la Barrick. Poder político, poder económico, poder conspirativo. (Solo hay que ver la posición que asumió una parte de los empresarios, que en vez de apoyar al Presidente, a la velocidad del rayo, se colocaron en su contra con argumentos insustanciales, probando, como dijera Marx, que el capital no tiene patria, ni bandera).
El señor Rocha no vino al país en noviembre pasado, después de las elecciones, cuando ya Leonel, no era presidente, a negociar, vino a imponer un contrato que, según Danilo, es “inaceptable”.
Ojalá Danilo no se raje; ojalá no le coja miedo al señor Rocha, ojalá mantenga su posición de que el contrato de la Barrick es “inaceptable” para el pueblo dominicano, único dueño del oro que se encuentra en sus montañas. ¡Y de nadie más!
Juan Taveras Hernández (Juan TH)
http://zdigital.do/app/article.aspx?id=89926
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