La multa de US$50 millones impuesta por un tribunal de la Florida al Estado dominicano por incumplimiento de contrato con la inefable Sunland se suman a los US$135 millones del caso de Dovicon y los US$50 millones más que hubo que pagar a Codacsa.
Puesto que en ningún caso se ha abierto una investigación sobre posibles actos de corrupción en la firma de dichos contratos y aceptando de buena fe que esto no procediera, ¿habrá que deducir que quienes los firmaron son unos perfectos incompetentes? ¿Es eso un consuelo?
¿No es igual de alarmante que nuestro dinero se pierda por incapacidad que por corrupción? ¿Cuánto dinero público se tira por la borda por estar manejado por personas que tan "atolondradamente" disponen del dinero que los contribuyentes ponemos en sus manos?
Uno tras otro estos casos nos enfrentan a la realidad: en los últimos gobiernos se firmaron contratos mostrencos que no pasaron ningún control real ni responsable, que fueron aprobados por un Congreso al que lo mismo le daba una cosa que otra y que finalmente se incumplían con la misma despreocupación con que se amarraban.
¿No merecen estas multas, y los que finalmente las vamos a pagar (todos nosotros) un esfuerzo más sincero por parte de las autoridades actuales encargadas de combatir la corrupción? ¿Nadie es responsable; se paga y asunto concluido? ¿Por qué el Estado no estuvo representado en La Florida? ¿Incompetencia o complicidad?
Inés Aizpún
IAizpun@diariolibre.com
Diario Libre
Caricatura: Álvaro Portales
http://www.diariolibre.com/opinion/2013/06/18/i388851_sera-incompetenciaa.html
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