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martes, 13 de agosto de 2013

Danilo Medina debe tener sobre sus sienes el letrero de que no puede fallar


Primer año
El presidente Danilo Medina cumplirá el viernes su primer año de gestión aprovisionado de una elevada valoración ciudadana, aunque por la pesada carga de precariedades y urgencias que ha tenido que heredar no ha podido aun afrontar males ancestrales que atascan la accidentada marcha hacia el anhelado estado de desarrollo económico y equidad social.

Una mayoría de la población aprueba el estilo llano y sencillo que ha impregnado el mandatario a su gobierno y también valora como positivo los notables esfuerzos oficiales que procuran asentar el criterio de transparencia en los sistemas de compra y contrataciones públicas.

El cumplimiento del 4% del PIB para la educación, el ambicioso programa de alfabetización, sus semanales visitas al campo, la promoción del crédito a micro, pequeñas y mediana empresa, la renegociación del contrato con la minera Barrick Gold, y la revocación de los cobros a pacientes en hospitales públicos, figuran entre las buenas notas alcanzadas por el Gobierno en su primer año.

En sociedades aguijoneadas por tantas y tan variadas urgencias, el tiempo se mide en segundos y no por días ni meses, por lo que puede decirse que al presidente Medina se le hace tarde para procurar una solución definitiva a la crisis del sector eléctrico que además de atascar la competitividad del sector productivo, representa una sangría al presupuesto de más de mil 500 millones de dólares anuales.

Con drástico control del gasto, el Gobierno ha podido mantener en relativa estabilidad indicadores básicos de la economía, como el tipo de cambio e inflación, aun a costa de un crecimiento por debajo de lo previsto y de contracción en sectores básicos como comercio y construcción.

En términos reales, el año que se contabiliza al gobierno del presidente Medina solo consta de ocho meses, pues el primer cuatrimestre tuvo que gobernar con remanente de un presupuesto (2012) signado por elevado déficit fiscal y puntuales compromiso de pago del servicio de la deuda externa, lo que explica el frenazo en la inversión pública durante el periodo enero-abril, con anémico crecimiento de 0,3% del PIB.

Como nota discordante se señala que el Presidente no produjo cambios significativos en el servicio exterior, a pesar de su hipertrofia y de que no cumple con los requerimientos de promover turismo, exportación, inversión ni de situar a la República en los sitiales que debería estar en el concierto de naciones.

El Gobierno ha superado pruebas básicas en su primer año, pero es menester advertir al presidente Medina que las materias pendientes son aun de mayor relieve, por lo que está compelido a emplearse a fondo para acometer retos de obligatorio cumplimiento que signaran su gobierno en el porvenir inmediato, por lo cual desde ahora debe tener sobre sus sienes el letrero de que no puede fallar.

Editorial El Nacional
Caricatura: Cristian Hernández
www.elnacional.com.do
http://www.elnacional.com.do/editorial/2013/8/13/169089/Primer-ano

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