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miércoles, 18 de septiembre de 2013

Cobardía y miedo


Las paradojas del guapo
El arma de fuego no es solo un instrumento de muerte per se.  En el hombre, su usuario por excelencia, constituye la muleta de una masculinidad mal entendida y peor vivida.  Una extensión del falo que hace valer y ser. Una prótesis de la personalidad mutilada.

Pero el arma de fuego es también, en aplastante mayoría de casos, la evidencia más paradójica y estruendosa de la cobardía. Se porta y se dispara para agredir al que se percibe como agresor. Se mata con frecuencia… y se huye despavorido de las consecuencias del propio acto.

¿”Guapo” quien dispara, mata y huye? No, cobarde hasta el asco. Irresponsable frente al daño causado, temeroso del castigo que nunca será tan pesado y definitivo como el infligido al objeto de su violencia.

El sábado, un hombre asesinó de un disparo en la cabeza a un “limpiavidrios”. Lo dejó tendido en el pavimento y huyó. Al momento de escribir estas líneas aun no se había presentado a la Policía a dar la cara, a responder, como “guapo” que es, de su crimen.

Con toda seguridad, le teme a la cárcel. A ese lugar donde no podrá portar el arma con la que asesinó a un marginal indefenso. Donde no habrá mujeres a las cuales impresionar con la exhibición del objeto que “realiza” su “hombría”.

Quizá confía en que la marginalidad de “Miguel” echará tierra a la sangre que derramó su violenta “superioridad”. Es posible porque en este país todo puede suceder y de hecho sucede. Mientras, continuará agazapado en la sombra de su miedo, ese que habla por él de su catadura social y humana.

Editorial 7 Días
www.7dias.com.do
http://www.7dias.com.do/index.php/noticias/148169/Las_paradojas_del_guapo#.UjmVr9JRBp4
Imagen: HD Wallpapers

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