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lunes, 14 de octubre de 2013

Cleptocracia gobernante es racista, inhumana, autoritaria y represiva


Cuando el expresidente Leonel Fernández se inventó la reforma constitucional de 2010, con sus altas cortes incluidas, se estaba gestando el secuestro de la democracia dominicana. Lo peor de la caverna de la sociedad dominicana fue aglutinada a su lado por el exmandatario para poner en ejecución un plan-país que poco a poco estamos viendo. Cuando el Cardenal, quien debió estar retirado de la jefatura de la iglesia católica dominicana desde 2011 se quedó en su puesto, fue para protagonizar el papel estelar que ejerce en estos momentos y que lo muestran tal como lo que es.

Lo que se ha realizado con los inmigrantes e hijos de inmigrantes de cualquier nacionalidad es puro racismo disfrazado de un falso patriotismo. El 26 de enero de 2010 se reformó la Constitución y se creó un Tribunal Constitucional, violando todos los principios de la no retroactividad de las leyes y disposiciones, estos nazis, fallan en 2013 para penalizar a su conveniencia desde 89 años atrás, dejando a miles de dominicanos nacidos en el país sin nacionalidad, nacionales reales que adquirieron esa condición por haber nacido en el país, amparados en la Constitución que regía desde 1966, hasta ese 26 de enero de 2010.

Cuando desde este lugar se comenzó a advertir que estábamos gobernados por una cleptocracia muchos pensaron que exagerábamos, la situación es tan grave hoy día que ya no solo se limita al robo y disfrute de los recursos públicos, va mucho más allá.

- Como no han podido pasar una ley que penalice a los disientes que se expresan libremente a través de los distintos medios de comunicación recurren al descrédito de esos medios, periodistas y opinadores en general. Han llegado incluso a ligarlos a partidos políticos y al narcotráfico.

- Senadores que atentan contra la biodiversidad y la ecología de la nación. Directores de entidades que manejan recursos no renovables que son asalariados de empresas extranjeras. Ministros que dedican sus horarios de labores a proselitismo y clientelismo político.

- Competencia desleal en los negocios. Quiebran empresas serias y solventes, cargándolas de impuestos y acosándolas con las tarifas eléctricas y la DGII, empresas establecidas desde hace décadas. Cuando no logran desplazarlas, las compran.  

- Funcionarios que falsean sus declaraciones juradas de bienes se mantienen en sus cargos como si no hubiese pasado nada. Incumbentes de entidades públicas no rinden cuenta a empresarios sobre los estados de cuentas de empresas liquidadas. Empleados públicos que han hecho fortunas inmensas siendo solo eso, empleados públicos. Servidores del Estado condenados por tribunales de justicia por fulleros y se mantienen en sus posiciones oficiales.

- Autoridades que se suponían garantías para imponer la ley y el orden involucrados en tráfico de drogas, asesinatos, ejecuciones y sicariato. Poseedores de riquezas que no pueden justificar son enviados a sus casas, destituidos, sin que se imponga ningún castigo.

- Tribunales de justicia que archivan definitivamente expedientes. A condenados a 30 años de cárcel por asesinatos les varían las penas y le imponen multas económicas. Violadores sexuales y pederastas abandonan impunemente el país y otros andan libremente por las calles a pesar de que tienen varias querellas por abuso sexual.

- Funcionarios multimillonarios que no tienen cómo justificar sus bienes demandan judicialmente a los que alertan a la sociedad sobre los hechos, en vez de ellos demostrar ante los tribunales la procedencia lícita de sus fortunas.

Podría pasarme semanas enumerando los síntomas que nos avalan para llamar a esto que manda en República Dominicana: cleptocracia. Una cleptocracia autoritaria, represiva e inhumana, que desde el 23 de septiembre pasado se declara también racista.

Juan Santos / Desde La República Dominicana
Foto: Captura portada Listín Diario

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