El artículo de Leonel Fernández, “El poder y el liderazgo: entre puestos y sobrecitos”, amerita que nos detengamos a analizarlo. Dice que su objetivo es “compartir experiencias vividas acerca de cómo se percibe y practica, en determinados ámbitos, el fenómeno del poder político y el liderazgo en RD”. Sin embargo, parece una catarsis. La esencia es, cómo obtener poder repartiendo “sobrecitos”, dinero. El planteamiento envuelve sentimientos retorcidos, complicidad, celos ocultos, es una confesión pública. Sutilmente, envía meta mensajes, como si pretendiera alertar. Por proceder de un expresidente de la República, líder de un partido político, vale la pena ponderarlo.
Tras analizar experiencias de la repartidera de sobrecitos, comprendió que el concepto poder, aparte del factor ideológico, hace referencia “al poder de coacción o represión y al poder compensatorio que es la capacidad para dar y recibir”. Eso lo llevó a que el poder se traduce en aplicar la fórmula: quien da qué, a quien, por qúe medios, con qué efectos. “Se trata de un fenómeno en el que no dejo de pensar”, termina diciendo.
Comenzó haciendo referencias al concepto de poder y liderazgo, según filósofos de la antigüedad, del renacimiento, contemporáneo, dentro de ellos Platón, Aristóteles, Maquiavelo, Weber. Sin embargo, las lecciones que más le impactaron fueron las recibidas un día en Dajabón. Se la dieron el conductor del vehículo y dos que lo ayudaban a “repartir sobrecitos amarillos donados por empresarios amigos”. Observó que la gente los rodeaba, los seguía. Ahí aprendió del poder que dan. ¡Anja!
El señor Modesto Guzmán también le ayudó a entender ese fenómeno. Le había contado como era el único que llegaba a la casa de Balaguer, lo recibían como un Dios y no faltaba quien lo “ungiera como sucesor del líder”. La clave estaba en repartir de vez en cuando algún dinerito. Leonel pensó que era posible que “ a Balaguer le preocupara que la multiplicación de esos casos, erosionaran su propia autoridad”. ¡Vaya proyección! ¿Y del SOBRESAZO? ¿Quien le enseñó las prácticas?
Cabe recordar que se considera “un Balaguer chiquito”, pero en muchas cosas lo superó. De alguna forma aprendió, que si mantenía al pueblo con hambre y analfabeto, la llegada de una tarjetita o sobrecito sería una bendición y surtiría más efecto la anestesia de conceptualizar bonito, enarbolando los principios de Bosch. Lo aplaudirían.¡Eso es lo que se llama un hombre inteligente!
Con esas herramientas fue presidente de la República por doce años. Logró retener el poder, pero es obvio que la población empobreció, aumentó la corrupción, la inseguridad, la miseria. Hizo millonarios a un grupito. Actúo igual que los demás. La diferencia estuvo en darle sobrecitos a los infelices y sobrezazos sin piedad a los poderosos, al clientelismo de las altas esferas y por supuesto, a los organismos poderosos del Estado, para blindarse y dejar abierta las puertas del retorno.
Los sobrezazos se ponen de manifiesto en la entrega de nuestro oro a la Barrick Gold, las obras grado a grado, sin licitación; Falcombridge, explotando loma Miranda, en megaproyectos, como el Metro, sin control presupuestal, préstamos, regalos y prebendas millonarias para hacer obras, en “paga o pela”, comprar dirigentes políticos, destruir partidos, hacer fundaciones, etc. Todo con el dinero de los pobres, a quienes les entregaban las limosnas en sobrecitos o tarjetitas, con guantes de seda y sombreros.
De ahí el hoyo, el déficit fiscal de 200 mil millones de pesos. ¿Es así como pretende “Servir al partido para servir al pueblo” hasta el 2044?
Leonel ha patentizado el producto: el que reparte sobrecitos es el líder y el que da sobrezazos es el león, el gran héroe. El poder económico doblega al hambriento y al ambicioso. Con su artículo insinúa que en la pasada convención lo venció el poder de los sobres. Está dolido. Aprovechó para hacer esta catarsis y desnudarse. ¡Qué feo luce..! Nunca me cansaré de repetir que es mi gran frustración.
Esperaba que presentara sus esfuerzos por cambiar ese sistema denigrante y darle poder al pueblo. Que hablara de fomentar un liderazgo con dignidad, ayudando el campo, alfabetizando, abriendo fuentes de trabajo, educando, especialmente a los pobres, ¡Humanizando el Palacio!, como parece ser el plan del presidente Danilo Medina. Repartir sobrecitos y sobrezazos para tener poder, es propio de débiles que buscan brillo personal pero no nacional. ¡Leonel, que dolor, que tremenda frustración!
Venecia Joaquín
Z-101 Digital.com
http://www.z101digital.com/app/article.aspx?id=119799
"Sobrecitos y sobresazos" (Falta de Ortografía)
ResponderEliminarGracias Vic.
ResponderEliminarLamentablemente lo copiamos textualmente de la autora. Generalmente cuando detectamos faltas ortográficas las corregimos, en este caso es más difícil.
De todas maneras queda aclarado que es sobresazos.