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domingo, 16 de marzo de 2014

Editorial NY Times: Crisis venezolana


El Juego de culpar a otro
Durante el mes transcurrido desde que comenzaron las manifestaciones masivas en Venezuela, al menos 25 personas han muerto en las protestas. No está a la vista el final de crisis, y cada día aumentan las quejas, los arrestos se multiplican, las posiciones se endurecen y los moderados retroceden.

No hay una solución fácil. El gobierno del presidente Nicolás Maduro sigue contando con una fuerte lealtad entre los seguidores del populista revolucionario Hugo Chávez, quien murió hace un año, mientras que la oposición está dividida y carece de una plataforma común más allá de la desesperación por el desastre económico que dejó el “chavismo”.

No se trata de una “primavera venezolana” que se pueda resolver con la salida de un tirano desacreditado. Aunque Maduro carece del carisma de su predecesor, su estrecha victoria en las elecciones presidenciales del pasado mes de abril no se discute, y no hay elecciones programadas antes de 2015. Hay una población amargamente dividida que necesita urgentemente un diálogo con mediadores.

Las protestas comenzaron a principios de febrero con una marcha de estudiantes en el estado occidental de Táchira, que exigían mayor seguridad después de un intento de violación. Las protestas se tornaron violentas, fueron detenidos varios estudiantes, los manifestantes se congregaron en Caracas para exigir su liberación, tres personas murieron, y reventó la presa.

La gente salió a las calles, impulsada a la desesperación por la delincuencia rampante, que incluye una de las tasas de homicidio más altas del mundo; escasez crónica de productos básicos, con frecuencia leche y el papel higiénico; una inflación galopante, que el año pasado alcanzó una tasa anual de 56.2 por ciento; y reiterados apagones. La respuesta predecible del Maduro en los medios de comunicación controlados por el gobierno ha sido culpar de todo a los “fascistas” y a los Estados Unidos.

La profunda polarización de la sociedad venezolana, sin duda, representa un gran obstáculo para cualquier solución negociada. Pero después de un mes de combates en las calles, Maduro debe estar consciente de que no va a aplacar las calles con la fuerza; la mayor parte de las exigencias de los manifestantes son sobre la liberación de los líderes encarcelados y la restauración de las normas democráticas.

Los manifestantes, por su parte, deben estar conscientes de que semana tras semana de barricadas incendiadas sólo consiguen hacer la vida más difícil para sus compatriotas. Hay, por otra parte, precedentes viables para solucionar confrontaciones similares a través del diálogo, como Túnez, en particular.

El chavismo de Maduro rechazaría cualquier mediación de Estados Unidos o de cualquier organización latinoamericana a las que pertenece, como la Organización de Estados Americanos. Pero tiene que haber fuerzas moderadas dentro de Venezuela, como los sindicatos, o países e instituciones fuera de Venezuela aceptables para ambas partes, como Brasil o UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas), que podrían actuar como mediadores ‒ esto, si la confrontación no se agrava hasta quedar fuera de control.

By THE EDITORIAL BOARD - MARCH 14, 2014

The Blame Game in Venezuela
In the month since mass demonstrations began in Venezuela, at least 25 people have died in the protests. No end to the crisis is in sight, and each day the grievances grow, the arrests multiply, positions harden and moderates retreat.

There is no easy solution. The government of President Nicolás Maduro still commands strong loyalty from followers of the populist revolutionary Hugo Chávez, who died a year ago, while the opposition is divided and lacking in a common platform beyond despair over the economic mess left behind by “Chavismo.” This is not a “Venezuelan Spring” to be resolved by the exit of a discredited tyrant. Though Mr. Maduro lacks his predecessor’s charisma, his narrow victory in the presidential election last April is not in dispute, and no elections are scheduled before 2015. This is a bitterly divided population in urgent need of mediated dialogue.

The protests began in early February with a march by students in the western state of Tachira demanding increased security after an attempted rape. The protests turned violent; several students were arrested; demonstrators turned out in Caracas demanding their release. Three people were killed, and the dam broke.

People hit the streets — driven to despair by rampant crime, including one of the highest murder rates in the world; chronic shortages of basic staples, often including milk and toilet paper; raging inflation, which last year reached an annual rate of 56.2 percent; and frequent blackouts. Mr. Maduro’s predictable response in the government-controlled news media has been to blame it all on “fascists” and the United States.

The profound polarization of Venezuelan society certainly poses a major obstacle to any negotiated solution. But, after a month of street battles, Mr. Maduro must be aware that he will not calm the streets through force; most of the protesters’ demands are about releasing jailed leaders and restoring democratic norms. The protesters, for their part, must be aware that week after week of flaming barricades only makes life harder for their countrymen. There are, moreover, viable precedents for resolving such confrontations through dialogue, notably Tunisia.

Mr. Maduro’s Chavismo would reject any mediation by the United States or any Latin American organization it belongs to, such as the Organization of American States. But there must be moderate forces within Venezuela — like the labor unions — or countries and institutions outside Venezuela acceptable to both sides, such as Brazil or Unasur (Union of South American Nations), that could act as mediators. That is, if the confrontation does not escalate out of control.

Editorial The New York Times
http://www.nytimes.com/2014/03/15/opinion/the-blame-game-in-venezuela.html?action=click&module=Search&region=searchResults%230&version=&url=http%3A%2F%2Fquery.nytimes.com%2Fsearch%2Fsitesearch%2F%3Faction%3Dclick%26region%3DMasthead%26pgtype%3DSectionFront%26module%3DSearchSubmit%26contentCollection%3Dopinion%26t%3Dqry570%23%2Fvenezuela%2F7days%2F&_r=0
Traducción de Iván Pérez Carrión / acento.com.do

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