Presidente Danilo Medina. Foto: Acento.com.do
El país debe detener la migración ilegal de haitianos, pero los dominicanos de ascendencia haitiana no son parte de ese capítulo
El propio presidente Danilo Medina ha tenido que prometer a las Naciones Unidas, a la Unión Europea y a los gobiernos amigos de la República Dominicana que buscará una salida humanitaria a la situación irregular creada por la sentencia del Tribunal Constitucional.
El suspendido viaje del vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, esta semana a la República Dominicana estaba vinculado con la postura del Gobierno norteamericano sobre la sentencia 168, y así lo advirtieron funcionarios de la Casa Blanca previo a la llegada, luego suspendida, del señor Biden.
Ese tema no estaba en la agenda de Danilo. Le fue impuesto y ha tenido que dedicar tiempo a buscar acuerdos con grupos locales, especialmente los llamados ultranacionalistas, que desean acorralar al gobierno, y que han lanzado una campaña sucia, sin fundamento, contra el ministro de la Presidencia Gustavo Montalvo y parte de su equipo.
Es gente que está en el gobierno la que desea hacerle la vida imposible al presidente y a su equipo, y que sin atender las consecuencias de sus acciones, desean cerrar las puertas del país a la comunidad internacional. Está claro que el país debe controlar sus fronteras, y que debe combatir la corrupción en la frontera, y que debe reducir el número de cónsules y vice cónsules en Haití. El país debe detener la migración ilegal de haitianos, pero los dominicanos de ascendencia haitiana no son parte de ese capítulo.
Editorial Acento
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