Con la compra de 176 millones novecientos mil pesos en artículos y electrodomésticos para que sus miembros los regalaran en el Día de la Madre, los legisladores, en este caso diputados, vuelven a la palestra con una acción reiterada que contraviene sus funciones, fortalece el clientelismo y sangra los bolsillos de los contribuyentes.
Según mandato constitucional las funciones de los congresistas se circunscriben a legislar, representar y fiscalizar. La realización de planes y acciones sociales no es su competencia. Sin embargo y bajo el argumento de contribuir con sus electores, tanto diputados como senadores utilizan fondos para esos fines en algo denominado barrilito para los senadores y cofrecito para los diputados, de cuyo desglose, fiscalización y detalles no siempre la población se entera.
De ahí que una parte de la sociedad reaccione indignada cuando ve como y según sea la ocasión, el congreso aprovecha para autoasignarse recursos. Se recuerda que el mes pasado la Cámara de Diputados distribuyó 14 millones de pesos para que sus miembros aportaran “habichuelas con dulce” a sus comunidades.
Una cifra que al juntarla con estos casi 177 millones, indica como los diputados se han recibido para fines clientelares mas de 190 millones en menos de dos meses. Una aberración institucional que aporta descrédito a un congreso que se hace célebre por lo supernumerario (215 miembros entre 32 senadores y 183 diputados) así como por sus escándalos y desaciertos.
La justificación de que siempre se ha hecho no borra lo improcedente de una práctica que se presta para dudas, confusión, favoritismo, triquiñuelas y malos manejos, además de fomentar la competencia desleal frente a quienes pretendan aspirar a esos puestos. Si los congresistas quieren ayudar, bienvenidos sean, pero que lo hagan con su dinero.
César Duvernay
@duvernaycesar
En la ruta
Listín Diario
http://listindiario.com.do/puntos-de-vista/2014/5/27/323505/176-milloncitos
No hay comentarios:
Publicar un comentario