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lunes, 14 de julio de 2014

Confiesa públicamente Sistema de Seguridad Social se creó para lucro


Insólito, pero cierto
Rafael Mena no es el vocero de un sindicato de zapateros, ni de una agrupación comunista, ni nada parecido. Se trata del presidente de una organización empresarial que es parte del negocio de la seguridad social y está lejos de las obras de amor: Asociación Nacional de Clínicas Privadas (Andeclip).

Él ha dicho que la ley 87 de 2001 que crea el Sistema de Seguridad Social fue hecha para la acumulación de capital, no para la salud,

Pocas veces en la vida –quizá nunca--  volveremos a escuchar una reacción como la aireada el jueves 10 de julio en el televisual matutino Uno más Uno, donde debatía con otro dirigente empresarial, el presidente ejecutivo de la Asociación Dominicana de Administradoras de Riesgos de Salud, José Manuel Vargas.

Tal vez lo ha traicionado el subconsciente. Pero ha dicho una verdad monumental: predomina la búsqueda de dinero, no la salud de la población.

Las clínicas privadas son empresas prósperas cuyo objetivo superior es la acumulación, el enriquecimiento sin fin. La salud de la gente es accesoria en aquel contexto. Las ARS y las AFP privadas andan por el mismo camino. La susodicha ley fue diseñada a la medida de los acumuladores; acumuladores que, en el fondo, son aliados para fuñir a los enfermos. Al menos eso es casi consenso entre la población demandante de servicios de salud y del régimen de pensiones.

Todo el que ha llevado un paciente a una clínica lo sabe. Poco importa la vida si primero no pone el dinero sobre la mesa, sin importar la gravedad del caso, sin importar que se trate de atención en emergencia. No hay forma de escapársele a la red explotadora.

El país está plagado de clínicas-chinchorros sin tecnologías ni capacidades. Pero estos mataderos cobran como si las tuvieran. Son templos para cultos a la deshumanización. Y actúan a la libre.

De las ARS, ni hablar. Todo el vivo ha creado la suya. Avaladas por la ley, pero son un verdadero fraude. No dejan brecha para que el cliente salga airoso de su trampa. Muchas de ellas exhiben carpetas de especialistas y clínicas  que son verdaderos bultos. Siempre, al final, hay que pagar un monto que supera la “cobertura” porque abultan los costos con insumos no usados y servicios no prestados. Muchos médicos indolentes también se han enredado en la complicidad para incrementar sus capitales a la carrera.

Senasa, la bien administrada ARS estatal, es un respiro ante una seguridad social tan insegura. No busca plusvalía; por tanto, con la ley o sin ella, debería recibir todos los recursos del mundo y la garantía para ejecutar planes extendidos, hasta que sus pares privadas (y las clínicas) se alejen de la perversidad y se alineen con la humanización de los servicios.

Muchos –incluidos ejecutivos del mismo sistema de seguridad social--  apuestan sin embargo a su desaparición. No la sacan de su mira y le disparan a la cabeza ante la menor oportunidad. La ven como un estorbo para sus planes macabros. Y hasta se agarran de artificios legales para frenar su crecimiento vía el Régimen Contributivo.

La fuerza de voluntad del Gobierno, entretanto, podría ayudar a cambiar para bien este panorama tan sombrío. El presidente Danilo Medina tiene aquí la oportunidad de su vida para “casarse con la gloria”, porque no hay educación sin salud.

Tony Pérez
Con mis ojos
www.7dias.com.do
http://www.7dias.com.do/opiniones/2014/07/14/i168014_insolito-pero-cierto.html#.U8RKv5R5O70

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