"He dejado mi juventud en esta maldita emisora". "Me quitaron la ayuda para las medicinas que me cuestan RD$29 mil diarios, disque en una reducción de gastos". "Tenían que pagarme ayer y no me pagaron el dinero que me gané levantándome a las 5:00 am. para estar aquí a las 6:15 am".
"Búsquenme mis cuartos coño, del mes que acaba de terminar y que tenían que darme desde ayer".
"¡No me jodan!, que yo le pego fuego a esta emisora".
"¡Director!, resuelva coño, búsqueme mi cheque de mis cuartos, justifique su sueldo".
No exactamente, pero más o menos esto fue lo que escuchó República Dominicana y el mundo a través de uno de los programas de más audiencia y por una de las emisoras de mayor rating nacional e internacional el martes pasado.
El protagonista no fue a trabajar el miércoles y hoy jueves pidió excusas por su comportamiento (excusas que él realiza cruzando los dedos, como él mismo confesara en otra ocasión).
Me coloco en la posición del propietario de esta empresa, de su esposa y de sus hijos. En la posición del director del medio y de sus compañeros de trabajo y no le encuentro explicación ni justificación para que esa persona pueda volver a pisar esa empresa luego de ese espectáculo que se ha comentado en todas partes como una falta de respeto a todos sin excepción, incluyendo a los fieles oyentes de esa querida emisora radial.
Ahora pretende vengarse de los propietarios tomando partido en contra de las tendencias políticas y ambientales del medio en que labora, dejar permanecer a este monstruo en su trabajo es masoquismo extremo.
Juan Santos / Desde La República Dominicana
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