- Pensé que este nuevo cariño
podría de mi mente alejarte,calmando mi dolor.
Pero esas caricias extrañas me matan
no son tus labios,
no son tus besos.
Me estrechan dos brazos ajenos y cierro los ojos pensando
en ti nomás,
en ti.
Y siento tu alma muy junto a la mía
vivo pensando en ti,
en ti.
(Pensando en ti)
- Como son las cosas cuando son del alma,
cuando yo te conocí sentí la calma,
me estremecí como la palma
cuando la maltrata el viento,
como tú me hiciste a mi.
(El viento y la palma)
- Río abajo van
la linda flor que un día
mató mis alegrías
y mi ilusión de amar...
y mi ilusión de amar.
(Río abajo)
- ¿Por qué te alejas y me dejas con el alma entristecida?
¿Por qué me dejas y te alejas de mi vida?
Si tú bien sabes que te vas y yo me muero
¿Por qué me dejas ángel mío si yo te quiero?
(Sacrificio)
- ¡Hiere tan hondo como desees!
¿Por qué no partes mi corazón?
Aunque me matas con tus desdenes,
nunca has podido matar mi amor.
¡Sígue burlándote de mi cariño!
¡Sigue riéndote de mi agonía!
Que yo te juro que aquí en la Tierra, allá en el cielo o donde vayas...
...tú serás mía.
(Tú serás mía)
- ...Tú en cambio me dejas
en mitad del pecho
cual crucificado
un terrible adiós.
Un amor tan grande
que solo la muerte,
arrancarlo puede
de mi corazón.
(Ave de paso)
- En mi soledad yo pienso en ti,
en mi soledad me acuerdo de tu amor,
y aunque fuiste cruel yo bien te amé
y me pagaste burlándote de mi.
Hoy comprendo yo lo que es la vida,
yo te di amor y recibí heridas,
más te perdono, yo lo confieso
quisiera odiarte mi bien, pero no puedo.
(En mi soledad)
- ¡Qué mujer!
¡Qué malos sentimientos!
Has nacido solo para el placer,
tus promesas
solo fueron mentiras.
Yo esperaba que podrías cambiar,
hoy comprendo
que no tienes remedio,
tu corazón de hielo
no conoce el querer.
(Carmen)
Marihal / Desde La República Dominicana
Ayer lo vi. Estaba maravilloso.
ResponderEliminarVino tan intensamente a mi memoria y a mi cuerpo la primera sensación que tuve cuando lo conocí, igualito que el gorrión al águila que cantaba Mari Trini.
Fuiste mía,
ResponderEliminarsólo mía,
mía, mía,
cuando tu piel era fresca
como la hierba mojada.
Fuiste mía,
sólo mía,
mía, mía,
cuando tu boca y tus ojos
de juventud rebosaban.
Fuiste mía,
sólo mía,
mía, mía,
cuando tus labios de niña
mis labios los estrenaban.
Fuiste mía,
sólo mía,
mía, mía,
cuando tu vientre era aún
una colina cerrada.
Lo mejor de tu vida
me lo he llevado yo,
lo mejor de tu vida
lo he disfrutado yo.
Tu experiencia primera,
el despertar de tu carne,
tu inocencia salvaje,
me la he bebido yo,
me la he bebido yo.
Fuiste mía,
sólo mía,
mía, mía,
cuando tu cuerpo era espiga
de palma recien-plantada.
Fuiste mía,
sólo mía,
mía, mía,
cuando cerrabas los ojos
apenas yo me acercaba.
Fuiste mía,
sólo mía,
mía, mía,
cuando temblaban tus manos
tan sólo si las rozaba.
Fuiste mía,
sólo mía,
mía, mía,
cuando tu ayer no existía
pensabas sólo en mañana.
Lo mejor de tu vida...