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sábado, 3 de enero de 2015

Los vientos suelen anunciar tormentas y huracanes devastadores


Don Leonel y sus mantos de poder
He estado reflexionando sobre el panorama político nacional. Es deprimente. La sociedad presenta graves problemas. En la última década aumentó la miseria, corrupción. Se supone que los partidos políticos ayudan la población a reclamar sus derechos y, desde el Gobierno, elevan su nivel de vida. Ninguno se ha ocupado adecuadamente de los pobres. El PLD llegó a ser la esperanza, pero se convirtió en la gran frustración.

Bosch lo fundó para ayudar a los más desposeídos, pero cuando Leonel Fernández asumió la conducción del partido y ocupó la Presidencia de la República por doce años, sepultó esa misión. En sus mandatos utilizó su poder para formar nuevos ricos, megaproyectos, promoverse en escenarios internacionales, montar su empresa, Funglode, y se alejó de sus orígenes, los pobres.

Todo parece indicar que no cree en la democracia sino en la dictadura. Desde el PLD, Leonel controla los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Los miembros de las altas cortes, seleccionados a imagen y semejanza, saben cuales economías blindar. Por eso, hay poca credibilidad cuando a algunos de sus colaboradores, inclusive él, acusados de corrupción y sometidos a la justicia, le archivan los expedientes.

Los Gobiernos peledeístas han estado aplicando su lema “servir al partido, para servir al pueblo”. Están en la primera parte, “servir al partido”. La cúpula todavía se está sirviendo. A los pobres, le hacen llegar migajas en tarjetitas, bono gas, botellitas, canastitas y dizque con barrilitos. ¿Cómo pudo Leonel abandonar los infelices para sentirse parte de un grupito con poder económico?

Danilo se abstiene de hablar de eso y del hoyo fiscal de 200 mil millones, agricultura abandonada, invasión haitiana, fobia por los indigentes y debilidad por los ricos, que caracterizaron los Gobiernos de Leonel. Con su silencio y acciones, rechaza ese modelo. Se ha dedicado a alfabetizar, invertir en el campo y ayudar los desposeídos. Eso intranquiliza a Leonel. Necesita la mayoría analfabeta y con hambre para mantener el poder hasta el 2040.

No le inquieta, la salida del partido de líderes de la talla moral de Minou Tavárez y que otros, como Lidio Cadet, mantengan el perfil bajo. Tiene medios de comunicación bien incentivados y un ejército de incondicionales ayudando a que “los vientos soplen a su favor”, desviando la atención de esos hechos.

Ha trascendido que son “activistas” de Leonel algunos funcionarios públicos aspirando a ser el candidato a la presidencia por el PLD. Aseguran que tienen el compromiso de endosarle las simpatías que levanten.

¿Y la oposición? El PLD ha logrado dividirla y desarmarla repartiendo pedacitos del pastel. Aunque paradójico, Danilo, con sus acciones, es la preocupación de Leonel, aunque sus seguidores en el Congreso no harán cambios en la Constitución que permitan su reelección.

Como los vientos suelen anunciar tormentas y huracanes devastadores, eso se espera que produzca el solo presentar la candidatura de Leonel a la presidencia. Por si acaso, los pobres deberían recoger rápidamente los frutos de las siembras de Danilo, pues esas brisas vienen a barrer con ellos y necesitan refugios seguros. ¡Dios los proteja!

Venecia Joaquín
Z-101 Digital

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