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martes, 27 de enero de 2015

Policía Nacional: el poder del arma, dinero y drogas

             Dunia De Windt.

Reforma policial, ¡urge !
Con el tiempo, la Policía Nacional con sus asesinatos indiscriminados, con justificación o no, tratan de hacer justicia con sus manos. Es alarmante.

Lo peor es que la cacareada reforma policial y el saneamiento a estas autoridades brilla por su ausencia. Vienen y van jefes de la Policía y sólo la agresividad aumenta. A pesar de que el Jefe de la Policía dijo recientemente que a su juicio la delincuencia ha bajado.

Las actuaciones de este cuerpo del orden son divulgadas a través de los diversos medios de comunicación, y redes sociales, en las que los dominicanos se sienten no sólo desprotegidos, sino con miedo a enfrentarse a estos hombres. “Intercambio de disparos” es el escudo perfecto que tienen estos hombres para justificar tanto “gatillo alegre”.

En ese sentido, desde hace años se viene hablando de una “reforma policial”. Un informe que duerme el sueño eterno en el Congreso. Un trabajo redactado y devuelto a sus autores en varias ocasiones, pero que nadie se atreve a promulgar.

El país no entiende la demora de tan necesaria reforma policial. Hace años que no hay detalles al respecto.

Urge reformar y sanear desde abajo hasta arriba la Policía y demás autoridades del orden. Para nadie es un secreto que muchos de sus miembros están metidos en asuntos delictivos, y exhiben conductas deleznables.

El aumento de la violencia en nuestro país, no sólo se castiga matando a los delincuentes como dijo un “diputado” hace tiempo.

Esta deseada reforma policial hay que contrarrestarla con otro factor vital para que los presuntos delincuentes cumplan su pena, un Poder Judicial independiente, diáfano y sin clientelismo.

Con jueces y fiscales que dicten sentencias verosímiles, no que pasen la vida dictando “medidas de coerción” de tres meses frente a actos demenciales.

El caso de la Dican es la guinda que necesitaba el pastel del deteriorado aparato policial y demás autoridades en este asunto para acelerar una reforma urgente a lo interno de estas instituciones.

Un bochornoso caso de adueñarse de drogas confiscadas y enriquecerse de manera ilícita. ¿Dónde están los culpables?

Si esa anhelada reforma continúa su paso adormecido seguiremos en la senda de vivir en un país sin leyes y sin protección de ningún tipo por temor a los mismos que tienen el deber de imponer el orden. La población está cansada de que impere el poder del arma, dinero y drogas.


Dunia De Windt
dunia_dewindt@hotmail.com
El Día

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