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lunes, 16 de febrero de 2015

Paredón a los corruptos!


Fusilar traidores
Desgraciadamente tengo que estar de acuerdo con eso de fusilamiento y muerte a los traidores, aunque esto luzca nunca ser bueno ni de caridad cristiana.

Tantas veces hemos perdido el rumbo porque algunos pocos, los malos, los traidores, han llevado a las masas por el camino errado, y esa actuación malévola a través de los siglos se ha ido acumulando y nos ha llevado a nosotros y a tantos a donde hoy estamos.

La ley natural, la que aún practican los animales, les lleva a buscar su propio beneficio y el de sus hijos, pero solo dirigido a su bienestar día a día, sin acumulación, y por ese saciar el hambre se pelean, se roban el alimento y los perdedores hasta salen heridos, hambrientos y pueden morir.

El territorio es algo sagrado, no se permiten invasiones.  En cuyo caso hay pleitos y el que venza se queda con éste y con el harem de hembras en las especies que así viven, y hasta matan a los cachorros para eliminar la estirpe del rey vencido. Así es la naturaleza y así fuimos. Hay que preguntarse si es mejor lo que hoy tenemos.

Traidor es aquel que va contra los mejores principios, intereses y bienestar de una comunidad y su territorio.

He creído desde hace tantos años y así lo he publicado múltiples veces, que nuestros males se deben a esos traidores. Y son traidores aquellos que nacen o viven en un sitio y no lo ayudan a progresar, sino todo lo contrario, que juran defenderlo, que prometen el bien y hacen todo lo contrario.  Los gobernantes son los mejores ejemplos. Con Trujillo se fueron los héroes que lo mataron, no los cómplices del régimen.

Para no remontarnos a las figuras clásicas y estereotipadas de nuestra historia, hablemos solo de los presentes.

Son traidores aquellos que roban a la nación, la desfalcan, la endeudan, los que llevan miseria al pueblo, los que hablan mentiras y son demagogos, los que falsifican medicinas y todo, dictan sentencias convenientes, los que matan por placer, por conveniencia o encargo, trafican con influencias, con droga y tratan y encubren traficantes, y que por su dinero sucio se inclinan reverentes ante ellos, le dan protección e inmunidad, aunque sepan que son entes diabólicos y malignos.

Traidores son los que le quitan la esperanza al pueblo, y les importa un comino el sufrimiento ajeno, pues ellos son peores. Los que violan los derechos humanos, los que nublan la transparencia, también los que mandan metamensajes con visitas no a enfermos del cuerpo y el abandono, sino a capos y traidores, y se retratan orgullosos.

Tantas veces he oído de que se necesita una revolución, y estoy en desacuerdo, pues ahí sufren traidores, culpables y mucho los inocentes. La patria se disminuye, su economía se paraliza y todos se empobrecen más.  El turismo y el comercio se detienen y la débil seguridad que aun tenemos se colapsa a manos de vándalos.

Esos periodistas huérfanos de poder político, ahora llamados traidores, cuyos nombres se han listado y publicado equivocadamente con malicia, aun cuando las palomas pueden tirarle a las escopetas, deben seguirse cuidando.  Como en la loto del rayadito debía rayarse arriba para que aparezcan los verdaderos traidores, esos que si deben ser fusilados, aunque se manejen disfrazados de supuestos prohombres y altos funcionarios.

 Luis Arthur
Sin temor...ni favor
7días

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