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martes, 24 de marzo de 2015

Aduanas, el Cardenal y el Tribunal Constitucional


El Tribunal Constitucional bajo los rayos X
Nos resulta extraño y sospechoso que ahora el Tribunal Constitucional se muestre tan sensible, tan presto y afanado en rechazar “la presión”, la injerencia que le hace director de Aduanas Fernando Fernández en el caso de los rayos X.

Inclusive, se ha precipitado y ha condenado al director en un juicio muy extraño, con sentencia ilegal, inconstitucional, acción que no le autorizan sus reglamentos, pues los Tribunales sólo hablan por sentencias.

En una “Declaración Pública” del 19 de marzo 2005, en su página oficial el TC hace constar que, con sus afirmaciones, el director de Aduanas ha violado “ las disposiciones de la Constitución de la República que en su artículo 184 consagra: “Habrá un Tribunal Constitucional para garantizar la supremacía de la Constitución, la defensa del orden constitucional y la protección de los derechos fundamentales. Sus decisiones son definitivas e irrevocables y constituyen precedentes vinculantes para los poderes públicos y todos los órganos del Estado.”

Y nos preguntamos ¿Puede un Tribunal de la República reunirse en sesión para juzgar a un ciudadano, su acción, sin haberlo citado ni hacerle expediente alguno y, para colmo, decretar olímpicamente que ha violado el artículo 184 de la Constitución? Entendemos que por esta acción es el Tribunal Constitucional el que debe ser acusado de violar la Constitución por atreverse a enjuiciar a priori a un ciudadano, aplastando sus derechos y su honra.

Y nos preguntamos ¿Es común que el TC reaccione tan vehemente a las presiones?

Veamos:

Su “reacción a la presión”, a la ingerencia de este funcionario, contrasta grandemente con el hecho de que en un reciente Tedeum auspiciado por el propio Tribunal Constitucional el Cardenal López Rodríguez se atrevió a presionar a los jueces presentes, arengándolos sin sonrojo, citamos:

Alertó a los jueces constitucionales de que en los próximos días un grupo de instituciones y personas que no están de acuerdo con la decisión y promulgación de esa nuevo Código Penal, llevarán al TC un recurso de inconstitucionalidad contra esa legislación, con el que él se identifica y apoya totalmente.”

Y me pregunto…

¿Por qué el Tribunal no le rechazó al cardenal LP esta bochornosa arenga pública que les hizo tratándolos como meros vasallos? ¿Qué ascendencia tiene este prelado sobre los jueces para atreverse a darles estas vergonzosas instrucciones? ¿Por qué en la ocasión el presidente del Tribunal no rechazó “la presión” del Cardenal con la misma vehemencia que hoy rechaza la presión del director de Aduanas por los rayos X? ¿Acaso no se trata también de presiones e ingerencias?

Ni siquiera se tomó en cuenta de que, mientras el Cardenal se preocupaba por defender los intereses de su Iglesia, el señor Fernández se preocupaba por los intereses nacionales, por la seguridad, por la soberanía del Estado dominicano, la que éste debe ejercer sobre el territorio nacional y la que afecta a Estados aliados. La misma soberanía nacional que el propio Tribunal dice defender con su mostrenca sentencia racista, inhumana y arbitraria.

Pero al presidente del Tribunal Constitucional de la República Dominicana no hay que aplicarle los rayos X de la aduana para saber que se encuentra comprometido hasta los huesos con los peores intereses nacionales, con la ultra derecha, (la ciertamente ligada al negocio), con los traidores liderados por la Iglesia golpista que derrocó a Juan Bosch y persiguió a Duarte en 1844. No por coincidencia, los dos mayores exponentes históricos del liberalismo laico y el anticlericalismo.

Es vergüenza de todos que, la Iglesia conspiradora que sangró a los dominicanos en el 65, la que hoy oculta su rabiosa persecución contra Duarte, ofertando excomunión a diestra y siniestra, contra el patriota liberal que se oponía a que se proclamara a la Iglesia como la “Religión Oficial”, a la que hoy el Estado la privilegia al asumirla asuma como tal , cediendo al chantaje y al miedo.

Recordemos que aquel fue un verdadero mitin político de derecha disfrazado de Tedeum , convocado por el Tribunal Constitucional para celebrar con su cardenal su aniversario. La repetición de una acción inconstitucional por parte de un Tribunal que se manifiesta sin sonrojo a favor de la Iglesia Católica, la que usa a su presidente como custodio y defensor de un Concordato inconstitucional y trujillista que graba a la economía y al espíritu nacional. (Ver: Mitin político contra la reelección en la Catedral y a Roberto Cavada.

No nos sorprendamos que el Tribunal truene contra el director de Aduanas y guarde silencio por las presiones que le hizo el Cardenal en aquel Tedeum político de las derechas del demonio. ¿Cuestiones ideológicas? ¿Cuestiones de intereses?

Por suerte, la Iglesia nunca se ha metido en política, ni ha chantajeado legisladores políticos ni a jueces.


Guido Riggio
Escritor y economista
Acento

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