Todo indica que la crisis interna del PLD tiende a agudizarse cada día más, porque es el poder político que está en juego entre sus dos principales líderes, que protocolarmente se saludan, se dan las manos y hasta un abrazo, pero son enemigos. Enemigos a tal punto que el triunfo de uno significa la sepultura política del otro.
El presidente Medina mercadea una imagen diferente a la de Leonel Fernández y le ha dado resultado, pero hay aspectos en los cuales no se ha atrevido profundizar. Todos sabemos que en las graves acusaciones de Quirino hacia Leonel, el presidente Medina optó por solidarizarse con su compañero de partido. ¿Cuál es la razón? Nadie la sabe, pero hay una razón.
La impunidad a funcionarios desfalcadores del pasado gobierno (muchos de los cuales fueron ratificados por la presente administración) es un hecho condenable mundialmente. Se toma el caso Félix Bautista (que apenas es uno de cientos) para simplemente hacer un teatro, porque se sabe que la justicia de Leonel y Marianito Germán no condenaría al senador y “próspero empresario”.
El presente gobierno prefirió, además, meterle una reforma tributaria a la población, ante el déficit fiscal heredado en 2012, superior a los 200 mil millones de pesos, porque intentar justicia en el caso sería autoincriminarse, consciente de que gran parte de ese dinero se gastó en la avasallante campaña, compra de conciencia y destrucción del PRD.
La diferencia de Leonel y Danilo, por grave que aparente, no descansa en lo ético. Con uno y más con el otro, el escenario es desfavorable para la oposición, pues carece de recursos económicos y de medios de comunicación. Para 1978, empero, la situación no era menos negativa y el doctor Peña Gómez supo diseñar una estrategia exitosa. Es posible sacar al PLD del poder.
Danilo Cruz Pichardo
El Nacional
Sacar a esa PLD=Partida de Ladrones Desesperados=Pájaros y Ladrones Desquiciados. Pero para cambiarlos por cuáles? Lo que necesitamos YA, es la Primavera Dominicana. Empecemosla ahora, en Semana Santa.
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