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miércoles, 17 de junio de 2015

La más impúdica de todas las reelecciones


Comprada la reelección, en venta el territorio nacional
El presidente Danilo Medina compró decenas de legisladores y las siglas de dos cascarones registrados como partidos, para modificar la Constitución para hacer pasar su intento de reelección. Ahora intenta desguazar el país para darle parte del mismo a esos cascarones, como pago por sus votos en el Congreso para aprobar su proyecto reeleccionista, traicionando su conciencia y a la nación dominicana.

En efecto, la  idea de crear nuevas provincias para que las siglas PRD puedan optar por representación senatorial y de diputados, mediante una espuria reforma constitucional, constituye un intento de descuartizamiento del territorio de un país para vender sus pedazos, sólo posible por la desvergüenza de su promotor, la complicidad de muchos falsos demócratas y la indiferencia de algunos sectores sociales, productivos, intelectuales y académicos que no acaban de reaccionar  de manera enérgica ante el proyecto de poder más abierta y ampliamente corrupto de nuestra historia y de todo el continente.

Intentos y modificaciones reales del territorio nacional para satisfacer intereses de sectores locales y/o para el afianzamiento de quien controla el Poder Ejecutivo, han sido recurrentes en nuestra historia política, pero este intento de Danilo Medina para comprar su repostulación es el más impúdico de todos y es sólo uno de los tantos costes de un proyecto reeleccionista y de poder basado en el más absoluto desprecio a las leyes adjetivas y sustantivas y a la decencia en las relaciones políticas que se espera del discurrir de cualquier sistema político.

Los recursos del Estado usados profusa y desmesuradamente en esta primera fase de imposición del reeleccionismo, deberá continuar para acallar los disgustos de la gran cantidad de peledeistas que les han violado sus derechos de elegir y ser elegidos, a los leonelistas que serán limitados en sus aspiraciones y posiciones dentro gobierno y el descontento que habrá de generar una mayor  inclusión en el gobierno de militantes de los grupos de aliados. El dispendio de los recursos se multiplicará para la compra de votos y  conciencia durante la campaña electoral y para fortalecer las instituciones que podrían facilitar y/o promover cualquier intento de fraude electoral.

La vorágine reeleccionista no ha hecho más que iniciarse, faltan más bellaquerías del bloque de la indignidad recién formalizado posiblemente peores. Para enfrentar el escenario que se ido configurando en los últimos días y que se profundizará en la medida avance este periodo preelectoral se requiere no sólo una sólida decisión de lucha, sino que finalmente en este país se materialice un amplio torrente de fuerzas con voluntad y capacidad de cambiar el estado de impunidad, corrupción y exclusión social que ha profundizado los gobiernos del PLD.

Hasta el momento, existen claros indicadores sobre la fuerza política que podría ser el punto de referencia alrededor de la cual se podría  nuclear ese torrente, diversas mediciones hechas antes de la presente coyuntura la identifican. Pero esperemos que sean las próximas mediciones serias las que establezcan de manera inequívoca cómo y alrededor de cual o  cuales fuerzas se expresará el deseo de unidad y de cambio que se percibe en la sociedad dominicana para ponerle fin al presente reinado de la impudicia.

Hasta el momento, según las mediciones y la percepción de la gente, Luis Abinader y su partido PRM y Guillermo Moreno  y Alianza País, constituyen los dos candidatos de mayor notoriedad. Hasta el momento, desde el punto de vista de los puntos programáticos de sus respectivas colectividades políticas no existen diferencias sustanciales y desde el punto de vista estrictamente personal ambos son inobjetables, ninguno tiene cola que le pisen.

La gente espera de ambos una madurez política que haga posible un entendimiento entre sus colectividades políticas. Es más generalizada la percepción  de que el PRM tiene una estructura organizativa más sólida y que la misma se ha ampliado luego de la elección de Abinader como su candidato durante el proceso convencional de ese partido, Moreno tiene una significativa aceptación en sectores medios urbanos.

Los números son importantes en cualquier negociación política, pero más que estos, en momentos como este lo que más cuenta es la subjetividad que surge de la unión de dos colectividades políticas, la gente espera que ambas se unan y de hacerlo se potenciaría esa subjetividad. El sentido de responsabilidad política, la madurez y la capacidad de ser líder en momentos cruciales determinará la capacidad de encontrar el punto de encuentro entre ambos que haga posible que Danilo Medina no venda definitivamente este país, luego de haber comprado su repostulación.

Resolver esta cuestión es vital para el futuro mediato e inmediato del país y, con sus gradaciones, para cada uno de ellos.


César Pérez
Hoy

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