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lunes, 3 de agosto de 2015

Gobierno debería ser conminado a enfrentar la delincuencia y la violencia

   El Presidente haciendo visitas sorpresas mientras se masacra a la población.

 Un Presidente indiferente, indolente, ajeno al sufrimiento de la sociedad
Las semanas van y vienen y nuestro Presidente haciendo visitas sorpresas, extendiendo pésames a las familias de apellidos sonoros que pierden a un pariente, en lo suyo con sus obras públicas personales favoritas y planificando el próximo préstamo que va a someter al Congreso Nacional para endeudarnos más.

Eso no es gobernar, eso es hacer política para quedarse cuatro años más en el poder, que cada día que pasa está más "en veremos", así como lo lee, "en veremos".

Son verdaderos monstruos los que han creado la desigualdad social, la inequidad y la pobreza y la falta de oportunidades a que han sometido a la juventud dominicana de todos los barrios del país. 

Estos son los resultados de un Poder Judicial corrupto, de un Ministerio Público corrupto y de corruptos uniformados que han militado en nuestras instituciones. Políticos corruptos que solo han obrado para sí y los suyos sin importarles las consecuencias actuales y futuras de la nación dominicana.

La delincuencia y la violencia actual son insoportables, insostenibles, no hay Gobierno del mundo que se mantenga y mucho menos se reelija con una sociedad acosada, humillada, ultrajada, por sicarios, atracadores, ladrones, timadores y fulleros las 24 horas del día.

Si al presidente Danilo Medina y a sus funcionarios no les importa lo que nos está pasando, es deber de la oposición convocar a una marcha o a una huelga general en demanda de que el Gobierno enfrente decididamente a la delincuencia y la violencia las 24 horas del día en todo el país, no en el polígono central del Distrito Nacional ni en los residenciales y áreas turísticas, en todo el país.

              Ver resultados aquí.



Desde La República Dominicana
Captura: Encuesta El Día, 2 de julio de 2015

Post Data
Tenemos la Policía que pagamos
Yo que pensaba que lo sabía todo sobre la Policía, pero cuando recibí algunas explicaciones  de boca de su jefe, mayor general Manuel Castro Castillo, veo los agentes de forma diferente. En vez de villanos son héroes, por las precariedades en que ejercen su trabajo. Concluí que la Policía es la cenicienta del Estado y que sus miembros están desprotegidos, al igual que cualquier otro sector marginado.

Concluí que tenemos la Policía que pagamos; nos concentramos en criticar y no nos percatamos que no puede enfrentar los problemas sola, tiene que ser una política de Estado. Se requiere voluntad política para solucionar el problema.

Es menester que el presidente Danilo Medina entienda que la inversión en seguridad es tan vital como educación y salud. Un pueblo no puede vivir sin el sosiego de la seguridad. La materia prima de la seguridad son los agentes y nadie más. Si el gobierno les da un trato decente, así mismo tratarán a los ciudadanos. Si reciben maltratos, vejaciones, bajos salarios, precariedades, lloverán las desconsideraciones a los ciudadanos. Dan lo que reciben, es una cadena.

Me alarmé cuando Castro Castillo dijo que los policías reciben un promedio de ocho pesos por día para desayuno, comida y cena; 250 pesos para todo el mes. ¿Cómo sobreviven? Reveló que el Estado gasta más en la comida de los presos que en la de los agentes que persiguen el delito: Destina diariamente 90 pesos para la comida de cada reo en nuestras cárceles.

Comentó que se ha presentado el caso de reputados asesores internacionales que han ido a trabajar en la reforma policial, pero al enterarse del salario renuncian diciendo: “así no se puede, eso es imposible…”.

Con el salario de RD$6,000 ni los más pobres ya les interesa ingresar a las filas de la uniformada. Castro Castillo explica que cuando un joven ingresa, le dicen: “pero, ¿Tú no tienes algún primo también que le interese?…”

Pude averiguar por otras fuentes que los pocos fondos que destina el gobierno para la PN se van en el pago de salarios; y que las compras de vehículos y equipos las realizan funcionarios del Palacio Nacional. En medio de esta situación tan desoladora, aparece una luz al final del túnel, la jefatura de la Policía está impulsando una trascendental reforma. Lo bueno es que está involucrando a sectores que históricamente han sido críticos de la entidad para que aporten sus ideas, como la Fundación Institucionalidad y Justicia.

Después de escuchar los alcances de la reforma, en vez de pesimista, estoy optimista. Confío en la buena fe de Castro Castillo, que con la integración de todos los sectores, le allana el camino al Presidente para que este año otorgue el mejor regalo al país: refundar la Policía.

Visité el jefe de la Policía en compañía de los comunicadores del programa radial El Gobierno de la Mañana de la Z101, Jesús Nova, el general retirado Juan Tomás Taveras y el abogado Surum Hernández.

Roberto Valenzuela

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